Formación profesional Ex-alumnos de la Escuela de Hostelería de Cádiz

Jóvenes con formación ofrecen nuevas opciones en la hostelería

  • El 96% de antiguos alumnos de la Escuela está trabajando y el 11% se ha convertido en empresarios · Cuatro isleños que estudiaron en el centro gaditano son ahora dueños de tres establecimientos en La Isla

En los tiempos que corren es del agrado común leer cifras positivas y esperanzadoras sobre la creación de empleos en la Bahía de Cádiz. Estos porcentajes positivos vienen de la mano de la Escuela de Hostelería de Cádiz. Las promociones que finalizaron sus estudios formativos en el centro han generado 18 nuevas empresas, en su mayoría restaurantes situados en distintas localidades de la Bahía de Cádiz.

Por eso, en un reciente balance realizado por la Escuela de Hostelería de Cádiz, de las diez promociones de alumnos diplomados hasta la fecha en el centro, el 11% de su alumnado se ha convertido en empresario tras su paso por la escuela. El 96% de personas que decidieron formarse en esta profesión están trabajando y el 4% restante ha optado por prolongar su formación.

"Desde la escuela no aconsejamos ser propietarios en el inicio porque su fuerte aún no lo han pulido", aclara Carmen Vargas, Jefa de Estudios de la Escuela.

Este Consorcio, participado por la Consejería de Empleo y el Ayuntamiento de Cádiz, inició su andadura en octubre de 1997. La Escuela de Hostelería imparte cursos de Formación Profesional Ocupacional (FPO) con dos especialidades: cocina y servicios de sala para restaurante y bar, aunque los estudios completos duran dos años. Al finalizar la formación teórica, los alumnos hacen prácticas laborales en empresas nacionales. Además la Escuela participa en Programas Europeos de Movilidad para hacer prácticas en diversos países de la Unión Europea (UE).

Se trata de un centro de formación profesional para el empleo altamente especializado, con un objetivo: el rápido acceso al mercado laboral. "Trabajamos para ser la mejor Escuela de Hostelería de España, para ello mantenemos las instalaciones y tenemos un profesorado en continua formación", declara Vargas.No en vano, la Bahía de Cádiz, incluido San Fernando, alimentan el motor económico de la provincia gaditana a través del Sector Servicios.

"Tenemos una relación muy fluida con los antiguos alumnos", apunta la jefa de estudios. Esto es positivo porque son los propios antiguos alumnos los que llaman a la escuela para contratar a trabajadores: "Es una pescadilla que se muerde la cola, los antiguos alumnos ahora empresarios, demandan alumnos para sus empresas ".

Desde que esta academia abriera sus puertas en 1997, la cocina ha cambiado y mucho. Desde este centro, se intenta mantener la cocina tradicional pero "con cierta mezcolanza", añade Carmen Vargas. Con este fin, la Escuela de Hostelería de Cádiz trabaja con la última tecnología, usando vajillas modernas y en las elaboraciones, cuidan las uniformidades, la presentación del plato y el diseño.

Para la cocina actual, la innovación y el diseño son valores al alza, que todo profesional de la hostelería debe conocer y manejar. "Creemos que es positivo que cada alumno desarrolle su creatividad y que eso quede reflejado en el plato", explica Carmen Vargas.

Por ello, desde este centro gaditano intentan contribuir a la formación integral de sus alumnos, contemplando los procedimientos y competencias profesionales de cara a su inserción laboral. Esto hace que desarrollen una forma de pensar autónoma y crítica, desarrollando a su vez un juicio propio para ayudarlos en las distintas decisiones laborales que le depare su futuro.

Esto lo saben bien los cuatro empresarios isleños que se formaron en la Escuela de Hostelería de Cádiz y que decidieron ser sus propios jefes. Son propietarios de tres establecimientos en La Isla: el bar SanSan (calle Real), el Sotanillo (calle Tomás del Valle) y el Catering Yeyo (Polígono Fadricas).

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