A sus 23 años, el joven isleño José Rodríguez López puede presumir de haber sido comisario de arte de una veintena de exposiciones, que no es poco.

Este estudiante de Arquitectura que ahora lidia con el trabajo de fin de grado –por cierto, centrado en un tema tan isleño como los polvorines de Fadricas– y que salió de las aulas de las Carmelitas y del IES Wenceslao Benítez ha sido durante buena parte de su carrera el responsable de gestionar La Puerta Gótica, un espacio dedicado al arte contemporáneo vinculado al Colegio Mayor Belagua y a la Universidad de Navarra. La experiencia –admite– le ha dejado huella.

Se trata de una sala expositiva que presenta esa singularidad desde que abriera sus puertas en 2014: está gestionada por uno o dos estudiantes universitarios. "No es nada profesional", advierte. Aunque en la práctica, por su filosofía, se trata de uno de los espacios artísticos más vivos y dinámicos de Pamplona. Y la tarea de ejercer de comisario no está exenta de complejidad.

En los cuatro años en los que ha estado al frente –ahora acaba de dar el relevo a otro estudiante de Arquitectura– ha organizado un total de 19 exposiciones. "Al principio llevábamos un ritmo frenético", reconoce. "La media era de 6 exposiciones cada curso, lo que en la práctica viene a ser una exposición cada mes teniendo en cuenta las vacaciones, etc...".

La Puerta Gótica, en una de las exposiciones.

Diana García, Fermín Alvira, Pilar Guerrero, Antonio Oteiza y Pedro Quesada son algunos de los artistas que han pasado por La Puerta Gótica en estos cuatro años en los que este isleño ha ejercido de comisario. "Justo después de exponer allí, el escultor Pedro Quesada recibió el premio Reina Sofía", apunta.

Aunque no solo se trata de exponer. La filosofía con la que se abrió este espacio expositivo pasa por acercar el artista a los jóvenes universitarios. "El artista, literalmente, convive varios días con los estudiantes, porque lo más importante es conocerle, que nos cuente su historia, su forma de pensar, por qué se expresa de una determinada manera...". La idea, claro, es despertar la curiosidad por el arte entre los estudiantes.

La experiencia –admite este joven isleño– ha sido "toda una oportunidad" que le ha llevado a descubrir "una línea que me interesa muchísimo" sin dejar de lado la arquitectura.