La Isla repite su tarde pastoreña

Como cada 15 de agosto, la copatrona isleña, la imagen mariana de la Divina Pastora, recorrió en procesión de alabanzas las calles de La Isla arropada por sus hermanos y devotos en una intensa y emotiva tarde para la corporación de gloria, en la que estuvo muy presente también otro de los aniversarios que se celebra en el seno de la hermandad: el 25 aniversario de su cuadrilla de hermanos costaleros, la única que existe en La Isla.

La jornada comenzó en la parroquia de la Pastora con la solemne función eucarística que se celebró a las once de la mañana, que la imagen de la Pastora presidió sobre su paso en el altar mayor del templo, ya dispuesta para afrontar su salida procesional. Como siempre, la iglesia estuvo llena de hermanos.

Apenas unas horas antes se había celebrado por las calles de la ciudad el tradicional rosario de antorchas que culminó a medianoche con la habitual felicitación a la Virgen, que en esta ocasión estuvo a cargo del hermano Juan Miguel Aranda Aguilar.

Era el punto final del triduo que la hermandad inicio el jueves y que ha preparado a los hermanos para la festividad de la Asunción de la Virgen, en la que los pastoreños celebran sus principales cultos.

La procesión de alabanzas partió de la parroquia a las siete y media de la tarde camino del convento de las Capuchinas, donde la hermandad rezó una estación menor antes de emprender el camino de regreso hacia el templo.

No faltaron los gestos y detalles en una jornada tan especial para la hermandad. El vicario de la parroquia, Martín J. García Ramírez, que en unas semanas abandonará La Isla para dirigirse hacia su nuevo destino en Huelva, fue el encargado de dar la primera levantá al paso de la copatrona. También, en las Capuchinas, el ex presidente del Consejo, Manuel Muñoz Jordán, acompañó a la junta de gobierno en su estación menor. Era la forma con la que la hermandad agradecía a Muñoz Jordán su dedicación al frente de la institución cofrade y la colaboración prestada con la Pastora. Por último, a la noche, estaba previsto que el escultor Alfonso Berraquero diera también una levantá al paso de la Virgen aprovechando el discurrir de la procesión por la calle Bonifaz, donde se encuentra ubicado su taller. De esta forma, se pretendía rendirle homenaje por su reciente nombramiento como Hijo Predilecto de la ciudad de San Fernando.

La Virgen de la Pastora lució su más clásica imagen, con el manto rojo bordado -se conmemoraba un siglo de su ejecución- y la saya blanca. Acompañó nuevamente al paso la banda de música Maestro Enrique Montero, de la vecina localidad de Chiclana. Y abriendo el cortejo, la banda de cornetas y tambores Santísimo Cristo del Perdón.

En el cortejo se apreciaron algunos estrenos como las dos nuevas varas de escolta de la bandera corporativa y la pértiga y el medallón del pertiguero. Todo ello realizado en plata de ley en los talleres sevillanos Delgado López. El medallón es una réplica de las antiguas medallas de la hermandad.