La soledad de vivir en la calle no descansa durante la Navidad en San Fernando
El Pan Nuestro atiende a diario a unas 50 personas, mientras que otras 60 deambulan sin hogar por la ciudad
Los colectivos vinculados al sinhogarismo exigen medidas para evitar nuevas muertes en San Fernando
Más de 30 años lleva el comedor benéfico El Pan Nuestro, poniendo a diario la mesa para atender a aquellos que más lo necesitan siguiendo la premisa de su fundador -el padre Juan Jiménez Zayas, que falleció en 2011- y sin hacer preguntas a aquellos que cada día se ponen en la cola en busca de algo que llevarse a la boca. Ni un solo día fallan. Y la Navidad, cómo no, siempre es una fecha especial en una asociación de estas características. No podía ser de otra forma.
Allí también se celebra, claro está. Se celebra con aquellos que, probablemente, menos ganas tienen de Navidad. Y se hace, como todos los días, encendiendo los fogones. Eso sí, para ese día se hace algo especial. Ya es costumbre en la casa: ese día toca menú extraordinario y se intenta que no falte de nada: carne, langostinos, jamón...
Una media de 50 personas acuden a diario a comer a El Pan Nuestro, donde los usuarios también pueden ducharse y disponen de un ropero donde tienen a su disposición prendas que dona la gente. La cifra -apunta su nueva presidenta- ha aumentado además considerablemente en las últimas fechas. De dar de comer a una treintena de personas cada día se ha pasado a medio centenar. Y eso, claro, supone que también suben los gastos de la entidad.
En paralelo, hay también unas 25 familias que a diario acuden a recoger allí su ‘bolsita’ de comida. No tienen para comer y se llevan el menú a casa. Cada una de estas familias, claro está, cuenta con varios miembros. Así que la cifra de usuarios se multiplica. Eso sí, en este caso se ha registrado un leve descenso en el número de usuarios atendidos por la entidad.
Y en Navidad, claro, esa ‘bolsita’ también es un poco especial, para que puedan celebrar las fiestas como todos.
Pero, lamentablemente, la cruda realidad espera a muchas personas tras esta cena navideña, que supone un efímero respiro para el alma. Nos referimos a las personas sin hogar, que luego tienen que regresar a la calle. “La soledad de estas personas se hace aún más dura durante la Navidad. Mientras nosotros nos reunimos con nuestras familias para cenar y compartir momentos, estas personas permanecen tiradas en un portal. Y ese es un contraste especialmente insoportable en Navidad, cuando todos tenemos las emociones a flor de piel. En estos días ellos son aún más vulnerables”, señala la Mila Fernández, presidenta de la Asociación de Personas Sin Hogar con Derechos y representante de la Plataforma Personas Sin Hogar, de la que también forman parte Calor en la Noche y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía.
Fernández recuerda que actualmente la ciudad suma alrededor de 60 personas sin hogar y recuerda que este colectivo aún se duele de la reciente pérdida de uno de ellos, Pepita, que amaneció muerta el pasado 10 de noviembre en la barriada Bazán tras no lograr plaza en el albergue Federico Ozanam para pasar la noche.
“Mientras la ciudad se llena de luces, música y celebraciones, demasiadas personas siguen viviendo y durmiendo en las calles, invisibles y olvidadas por muchos y por las administraciones. La Navidad habla de hogar, de calor y de comunidad. Pero para quienes viven sin techo, estas fechas solo hacen más evidente su soledad y su falta de protección. No basta con frases bonitas ni con actos simbólicos. Exigimos a las administraciones acciones concretas”, señala la plataforma en sus redes sociales.
Ante la ausencia de un albergue municipal en la ciudad, los colectivos vinculados al sinhogarismo inciden sobre la urgencia de que el Ayuntamiento dote a San Fernando de un alojamiento alternativo que permita a las personas sin hogar guarecerse bajo un techo, especialmente si las condiciones meteorológicas adversas aprietan. “No pedimos más que un sitio expedito, con camillas de campaña y vigilancia, tal y como se hizo en pandemia. Lo mínimo de lo mínimo. Un sitio que también pueda convertirse, en cierto modo, en una especie de centro de día en el que estas personas puedan poner lavadoras y hacer otras tareas. Las noche es muy dura, pero el día es muy largo”, detalla la representante de la plataforma.
La plataforma celebra que recientemente se aprobase en el Pleno, de manera unánime, mejoras para el alojamiento de las personas sin hogar. Sin embargo, estos colectivos dudan sobre como llevará a cabo el Consistorio isleño estas mejoras al no contemplar el presupuesto municipal una partida económica destinada a este fin. Por este motivo, la plataforma ha registrado formalmente una pregunta para el Pleno ordinario del próximo día 26 con la intención de que el equipo de gobierno les aclare esta situación. “Las promesas sin presupuestos no son soluciones”, detalla este colectivo.
“Nos duele ver como las administraciones no actúan por las personas sin hogar, ya que son personas descartadas por la sociedad que no aportan votos y son pobres. Gente estigmatizada por problemas de adiciones y salud mental que en la mayoría de las veces nacen, precisamente, de vivir en la calle”, concluye Fernández.
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