Nacida en Salamanca por circunstancias familiares, Francisca –según los datos aportados por su única hija a la residencia– creció en Segovia, de donde provenía su familia. En tierras castellano leonesas se casa y tiene a su hija. Con 33 años llega a San Fernando y en esta localidad sureña ha pasado el resto de su vida, 77 años que la convierten en toda una isleña. Desde hace casi una década la cuidan en la residencia de mayores Virgen del Carmen, desde que acometieron la ampliación hace nueve años, matizan desde el propio centro. La centenaria tiene una hija como ya se ha mencionado, tres nietos y es hasta bisabuela, y aunque la edad ha hecho mella en su salud, aún tiene cierta autonomía, con buena movilidad. “Es una superviviente, una luchadora”, destacan desde Virgen del Carmen, que ha sido testigo de cómo se ha aferrado a la vida en estos años.

Por eso, llegar a los cien años es un motivo de celebración, una alegría que se mostró en la fiesta que se preparó en el patio de las instalaciones y que hizo disfrutar a la homenajeada pero también a su familia y todos los presentes. Estuvieron la concejala de Personas Mayores, Carmen Toledo, y la alcaldesa, Patricia Cavada, que no quisieron perderse esta cita.