Expiración plantea la restauración de su titular

La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración -una de las más señeras y representativas de la Semana Santa isleña- será restaurada tras la celebración de la Semana Santa si el cabildo de hermanos que se ha convocado para el próximo sábado respalda la propuesta de la junta de gobierno de la hermandad para encargar la intervención al restaurador Pedro Manzano, quien recientemente ha tenido a su cargo también la de los titulares de la cofradía de la Caridad.

"La imagen no sufre ningún daño -explicó a este periódico el hermano mayor de la hermandad, Juan Pérez Bey-. Se trata principalmente de labores de mantenimiento, hace casi 30 años que el Cristo no se toca y es una imagen muy antigua que precisa de una limpieza y de la reparación de algunos ensamblajes, como se desprende del informe previo que ha hecho el restaurador".

La imagen del crucificado del Silencio -realizada en madera de cedro por el escultor del Arsenal de La Carraca José Tomás de Cirartegui (Saralegui) en 1788- sólo ha sido sometida a lo largo de su historia a labores de limpieza y mantenimiento, como la que ahora se pretende. Su aspecto físico no ha cambiado desde finales del siglo XVIII y, precisamente, ese dramatismo y veracidad confieren a la escultura un gran efectismo que la ha convertido en una de las tallas más características y representativas de la Semana Mayor isleña.

Su posible rehabilitación a cargo de Pedro Manzano -si el cabildo de hermanos refrenda la propuesta de la junta de gobierno- supondrá una continuación de los trabajos que diversas hermandades están llevando a cabo en el mismo sentido: Huerto, que encargó en 2009 la restauración de su titular a Fernando Aguado; Gran Poder, el mismo año, a Dubé de Luque; Caridad, cuyos titulares -intervenidos también por Pedro Manzano- regresaron al culto el mes de diciembre. También está actualmente en marcha, a cargo también de Pedro Manzano, la restauración de la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad.

Según el hermano mayor de la Expiración, de salir aprobada la propuesta, el crucificado se trasladaría a los talleres de Manzano, en Sevilla, una vez concluya la Semana Santa.