Cuando abordamos a Alfonso Cristóbal, éste se encontraba inmerso en un campeonato de menores que se está celebrando en las instalaciones donde habitualmente imparte sus clases, en el Club La Salina.

La entidad isleña sigue mimando con esmero a los pequeños para que los frutos, que comienzan a llegar, tengan una sólida base.

Uno de los culpables de los campeones que están saliendo del Club La Salina es, sin duda alguna, el hombre que hace ya algo más de cuatro años cogió con la empresa Solsport las riendas de la enseñanza del que es el deporte de moda en la ciudad, el pádel.

Alfonso Cristóbal ha sido jugador profesional de este deporte y, aún ahora, a pesar de la dedicación a impartir clases, disputa sus campeonatos con el firme propósito de matar el gusanillo.

El monitor de la entidad isleña señalaba que "intentamos que todos los amantes a este deporte sepan desenvolverse en una pista, ya que hay que tener en cuenta que la demanda de jugadores no sólo implica a los más jóvenes, sino que hay mucha gente de todas las edades que le gusta el pádel por la comodidad de su juego".

Alfonso instruye a los más jóvenes del club, de los que ya se están recogiendo los frutos. "Los más pequeños disfrutan mucho con el pádel y lo cierto es que la evolución del deporte ha sido patente en los últimos años y, si me apuras, en este año 2007 mucho más, porque hemos tenido grandes satisfacciones".

Por señalar Alfonso Cristóbal apunta que "hay un jugador del Club La Salina, Álvaro Cepero, que se ha proclamado brillantemente campeón del mundo con la selección española, mientras que su hermano, Fran, ha conseguido vencer en el europeo, sin olvidar a los hermanos Acosta, ya que Pablo fue campeón de España el año pasado y este año se ha proclamado subcampeón, así como Manolo que ha progresado mucho en los últimos meses y se ha proclamado campeón de Andalucía al igual que la componente del club Paula Delgado. Fran Marín también tiene un gran futuro pero este año las lesiones le han apartado de la competición, pero son muchos los jóvenes que avanzan a una velocidad de vértigo ".

Y es que para el entrenador "el pádel de San Fernando goza de una gran salud y eso se nota en la demanda que hay, en los campeonatos que se cosechan y el entusiasmo que existe".

Pero no todos son parabienes porque "en este deporte también existe su parte de ingratitud ya que cuesta mucho reconocer el trabajo que se realiza a pesar de los éxitos obtenidos y son pocas las felicitaciones que se reciben".