Andalucía avanza en el abordaje de la leucemia linfocítica crónica

Café de redacción | ‘El reto de la personalización del tratamiento de la LLC’

Expertos subrayan los logros clínicos alcanzados para esta patología, cuyo paradigma ha cambiado, aunque reclaman circuitos propios para estudios moleculares y más coordinación asistencial

De izquierda a derecha, los doctores Sergio Ortegón, Guillermo Rodríguez, Eduardo Ríos y José Manuel Puerta en los instantes previos al encuentro. / Juan Carlos Vázquez
Ramiro Navarro

28 de septiembre 2025 - 12:07

Con el objetivo de analizar cómo ha cambiado el paradigma de la leucemia linfocítica crónica (LLC) en Andalucía, y cómo eso ha supuesto nuevos retos para personalizar su manejo, Grupo Joly, con la colaboración de BeOne Medicines, reunió a cuatro hematólogos de referencia en nuestra comunidad. El encuentro ‘El reto de la personalización del tratamiento de la LLC’, celebrado el pasado martes, supuso una oportunidad para esbozar también cómo mejora el ecosistema asistencial en hematología.

Sergio Ortegón, especialista en Hematología del Hospital Virgen Macarena / Juan Carlos Vázquez

Sergio Ortegón, especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Virgen Macarena, abrió el encuentro subrayando que “la LLC es la leucemia más frecuente en el mundo occidental, y hemos sido testigos de cómo se han abierto nuevas vías de tratamiento, con buena tolerancia y alta eficacia, lo que ha mejorado la calidad de vida y la esperanza de vida de los pacientes”.

Al año se diagnostican entre cuatro y seis casos por cada 100.000 habitantes

Según destacó José Manuel Puerta, director de la Unidad de Gestión Clínica de Hematología y Hemoterapia del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, “la incidencia de la LLC aumenta claramente a partir de los 65 ó 70 años; en jóvenes es infrecuente”. A modo de referencia, se dan entre 4 y 6 casos por 100.000 habitantes al año, que pueden subir a 15–16 por 100.000 en mayores de 65–70. Una cifra elevada no solo por los nuevos diagnósticos, sino por “supervivencias cada vez más largas”, recordó Puerta. “Antes el paciente tenía expectativa de 10 años de vida; ahora hablamos de 10 años de control de la enfermedad. Hemos avanzado muchísimo en marcadores y fármacos, y eso aumenta la prevalencia de la LLC: hay más pacientes en seguimiento porque viven más y mejor”.

José Manuel Puerta, director de la UGC de Hematología del Hospital Virgen de las Nieves / Juan Carlos Vázquez

Afortunadamente, el diagnóstico precoz de la LLC llega cada vez antes. “La primera sospecha suele ser casual, en una analítica con linfocitosis”, explicó Eduardo Ríos, hematólogo adjunto del Hospital de Valme, Sevilla. “El hematólogo, mirando al microscopio, en el 99% de las ocasiones ya sabe que es la enfermedad, aunque se confirma con citometría de flujo y técnicas de laboratorio. Hoy cualquier hospital puede sospechar y confirmar mediante citometría y seguimiento; además, los pacientes llegan en mejor estado general que hace 20–25 años”.

Dimensiones y metas de la personalización

Respecto a la personalización del tratamiento de la LLC, los expertos coincidieron en que puede tener múltiples dimensiones. Por un lado, “las guías clínicas incorporan biomarcadores que estratifican pronóstico y respuesta; seguimos sumando marcadores que permitirán ajustar mejor el tratamiento”, señaló Ortegón. En este sentido, el doctor Puerta pidió ampliar el foco, ya que “la personalización no es solo genética. Importan la biología y el contexto del paciente, así como las comorbilidades, la logística, el soporte familiar o la adherencia terapéutica”.

Andalucía aún envía la mayoría de pruebas de diagnóstico molecular fuera de la comunidad

La selección terapéutica se realiza en función de determinaciones moleculares. En términos de acceso, Puerta indicó que “el sistema permite solicitar todas las pruebas necesarias, aunque no todos los hospitales realizan todas las técnicas; trabajamos en red derivando muestras para que el diagnóstico no se resienta”.

Esa red, no obstante, tiene retos pendientes. “Conviene centralizar técnicas y evitar enviar muestras fuera de Andalucía si podemos resolverlo aquí”, defendió Ortegón. En la misma línea, Puerta pidió “crear circuitos andaluces de diagnóstico de LLC” y mejorar la interlocución clínico-laboratorio entre hospitales. Según los datos aportados, hasta un 85% del diagnóstico avanzado de LLC se envía a otras comunidades, lo que refuerza la necesidad de consolidar una ruta andaluza del diagnóstico personalizado.

Eduardo Ríos, especialista en Hematología del Hospital Virgen de Valme / Juan Carlos Vázquez

Una mirada integral

El encuentro puso de manifiesto una premisa compartida: no es posible personalizar sin un abordaje integral. “La cardio-oncología es ya imprescindible en estos pacientes”, destacó Guillermo Rodríguez, y extendió el mapa de especialistas implicados más allá. “Los comités multidisciplinares con Cirugía, Radiología, Medicina Nuclear, Anatomía Patológica… son fundamentales para interpretar pruebas, validar marcadores y decidir”.

Asimismo, la enfermería en Hematología y la farmacia hospitalaria emergieron como piezas capitales. “Enfermería en Hematología tiene un ojo clínico que muchas veces supera al del propio clínico; no es solo administrar fármacos, es cribar, priorizar, detectar infecciones y urgencias”, defendió Rodríguez. Para Puerta, la farmacia hospitalaria en LLC es crucial, tanto para la selección terapéutica como para abordar interacciones medicamentosas, incluso alertar de fitoterapia que el paciente no menciona y puede chocar con el tratamiento.

El doctor Eduardo Ríos aludió también al entorno social. “En pacientes mayores, la comunicación con cuidadores y familia es importante; su rol es decisivo”, recordó.

El rol de atención primaria

La coordinación con atención primaria fue otro eje sensible. Para Ríos, “la coordinación siempre es mejorable, pero gran parte del seguimiento de pacientes con LLC recae en Hematología hospitalaria por la complejidad y la saturación de primaria”. Para Rodríguez, “Primaria podría llevar a pacientes muy estables, como aquellos que pasan ocho o diez años hasta necesitar tratamiento; no tiene sentido obligar a desplazamientos de 100 kilómetros para una analítica y una exploración básica si hay acceso rápido a dudas y protocolos compartidos”. La telemedicina en hematología emerge en este ámbito como una solución que “antes o después llegará por pura necesidad asistencial”.

Guillermo Rodríguez, especialista en Hematología del Hospital Virgen del Rocío. / Juan Carlos Vázquez

Los expertos también aludieron a la percepción social de la leucemia linfocítica crónica. “Cuando le dices a una persona que tiene leucemia y no vamos a tratar de entrada, es algo que choca con la idea que tienen de la enfermedad”, describió Ríos. La innovación ha cronificado una enfermedad antaño letal, y hace falta cronificar también la mirada del paciente, acompañándolo en el tiempo.

Los expertos abogan por diseñar un protocolo andaluz homogéneo

En el ámbito de la investigación clínica en LLC, para Puerta, Andalucía ofrece “acceso de vanguardia a tratamientos en práctica clínica, pero está menos representada que Madrid, Cataluña o Valencia en ensayos clínicos”, por lo que reclamó “plataformas de investigación y apoyo institucional”. Ríos matizó que “en ensayos académicos estamos bien; en los promocionados por la industria, menos”.

El coloquio también sirvió para vislumbrar áreas de mejora en la personalización del tratamiento de la LLC. Para Puerta, es muy importante que “el soporte diagnóstico y las interconsultas no retrasen el inicio del tratamiento” y pidió un “protocolo andaluz homogéneo de LLC que permita medir resultados en salud”. Ríos añadió la idoneidad de “más colaboración con primaria en pacientes muy estables, por comodidad y eficiencia”. Ortegón destacó la necesidad de “tiempo mínimo de calidad para informar al paciente y coordinar con otras especialidades”.

Como reconocimiento al trabajo andaluz, Ríos recordó que “cuando no había protocolo nacional, la sociedad andaluza de hematología ya tenía uno de LLC; hoy nos alineamos con el nacional, pero esa experiencia demuestra nuestra capacidad de liderazgo en hematología”.

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