Salud sin fronteras

josé Martínez Olmos

Guías de práctica clínica

ESTA semana hemos conocido que un 69% de los manuales sobre cáncer en Estados Unidos no hacen referencia a los riesgos de los screening o los presentan de una manera asimétrica con respecto a los beneficios.

Es una información que aparece tras un estudio hecho por profesionales de la Universidad de Michigan y que se ha publicado en la revista del Instituto Nacional de Cáncer estadounidense; llama la atención que en los screening se podría estar sobreestimando los beneficios y minimizar los riesgos.

De hecho, el estudio señala que, de las 55 recomendaciones realizadas por centros, hospitales y asociaciones para prevenir y detectar este tipo de cánceres, el 54,5% trataba los riesgos en una escala asimétrica y no comparable, mientras que el 14,5% ni siquiera los mencionaba y tan sólo un 30,9% explicaba tanto los beneficios como los riesgos.

Estos datos son interesantes porque permiten hacer una serie de consideraciones en torno a la importancia de asegurar que las guías de práctica clínica cumplen criterios de calidad y favorecen la toma de decisiones tanto por parte de los profesionales como de los propios pacientes. Pero es que en el caso de las técnicas de screening es de enorme importancia estar seguros de su utilidad porque gracias a esta técnicas se han conseguido enormes avances en el pronóstico de enfermedades y en especial en el ámbito del cáncer. Y es por eso que si siempre hay que ser exigentes en relación a las garantías de calidad en las guías de práctica clínica, más aún si cabe en aquellas que se refieren a técnicas de screening por su potencial ayuda en la mejora de la salud de la población.

En los últimos años asistimos a demasiadas polémicas en relación a la utilidad de las tecnologías sanitarias; es el caso de vacunas y otras terapias. Y es cada vez más frecuente la exigencia de un uso apropiado de las tecnologías para no dañar la salud de las personas ni generar gastos innecesarios a los sistemas de salud y a la sociedad.

Por eso cobra interés este tipo de estudios y merece la pena mirarlos en positivo. Todo aquello que sirva para potenciar la calidad de la guías de práctica clínica es algo que merece el aplauso de todos.

En España hay en marcha un proyecto desde hace varios años por parte del conjunto del Sistema Nacional de Salud que se llama Guía Salud en el que participan las 17 Comunidades Autónomas y es un instrumento para mejorar la calidad de la atención sanitaria en el SNS.

Ofrecen un catálogo de Guías de práctica clínica que siguen una metodología común y que tienen una garantía de calidad que es de enorme importancia. Útiles para los profesionales y para los pacientes y puedes consultarse en www.guiasalud.es

La importancia de este procedimiento de trabajo es enorme y por eso, que haya órganos como Guía Salud o profesionales como los de este estudio de la Universidad de Michigan suponen una buena contribución a la calidad de la asistencia a la que todos aspiramos en estos días.

Este estudio de la Universidad de Michigan debe ayudar a perfeccionar las guías y nos debe llamar la atención para ganar en garantías. A su vez, nos hace posible resaltar lo que de positivo tiene el trabajo de Guía Salud y la cantidad de aportaciones que nos hace para la mejor calidad asistencial.

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