Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

VERANO EN PUERTO REAL

Comienza la temporada de baños, pero no para todos

Rosa Ibáñez y María José Rivero, frente a la Playa de La Cachucha, en Puerto Real

Rosa Ibáñez y María José Rivero, frente a la Playa de La Cachucha, en Puerto Real / C.P. (Puerto Real)

No se podría decir que el enfado de Rosa Ibáñez y María José Rivero era pequeño ante el estado de la playa de La Cachucha de Puerto Real, pero lo que ellas mismas presenciaron este miércoles alcanzó la humillación. “Por favor, que quiten eso de ahí que nos duele el alma”, decían las mujeres al comprobar la colocación de dos grandes banderolas que colonizaban la playa, presentándola como “accesible”.

Ambas las miraban con pena desde el inicio de una rampa que finalizaba en una duna imposible de salvar para quienes, como ellas, hacen uso de una silla de ruedas. Esta situación se suma a uno de los principales problemas que estas dos habituales usuarias de La Cachucha vuelven a padecer.

Este miércoles comenzó oficialmente el verano. Lo decía el calendario, aunque el clima ya lleva semanas invitándonos a ir a la playa y darnos un baño en cualquiera de ellas. Meterse en el agua, ya sea en el mar o en un río, es uno de los mejores remedios para hacer frente a las altas temperaturas. Una actividad que no deja de ser cotidiana para la mayoría de la población residente en los municipios costeros, pero que acaba siendo una odisea para muchas personas con movilidad reducida.

María José Rivero y Rosa Ibáñez en la Playa de La Cachucha, en Puerto Real María José Rivero y Rosa Ibáñez  en la Playa de La Cachucha, en Puerto Real

María José Rivero y Rosa Ibáñez en la Playa de La Cachucha, en Puerto Real / C.P. (Puerto Real)

Es el caso de Rosa Ibáñez y María José Rivero. Dos mujeres vecinas de Puerto Real, con diversidad funcional, que en su día a día precisan de una silla de ruedas. Para ellas, ir a la playa supone tener que contar con una serie de servicios que no siempre tienen a su disposición, y que no en pocas ocasiones tienen que pelear para poder disfrutar de ellos.

La temporada alta de playas empezó en Puerto Real el pasado día 15 de junio, pero ellas aún no han podido darse su primer baño, porque la silla anfibia que tienen que utilizar no está funcionando en la Playa de La Cachucha.

“El anterior equipo de Gobierno nos había dicho que el 15 de junio empezaba la temporada y que la silla anfibia estaría ya operativa. El día 16, nos vinimos las dos a la playa, con nuestros bocadillos a pasar el día y a darnos nuestro primer baño, pero la sorpresa fue que la silla ni estaba ni se le esperaba”, lamenta Rosa Ibáñez.

Banderola que señala La Cachucha como un espacio accesible Banderola que señala La Cachucha como un espacio accesible

Banderola que señala La Cachucha como un espacio accesible / C.P. (Puerto Real)

Hay que recordar que la ley obliga a todos los ayuntamientos que presenten el servicio de vigilancia salvamento de las playas, como es el caso de Puerto Real, a que cuenten con este servicio que permite el baño a las personas con movilidad reducida.

En la Villa ya existieron problemas el pasado año al inicio de la temporada para prestar este servicio y finalmente se solucionó, bien entrado el mes de julio, con el alquiler de una. Al acabar el verano, el compromiso del por entonces responsable de Playas, Carlos Salguero, fue que se iban a adelantar las gestiones para que la silla anfibia estuviese operativa desde el inicio del verano.

Y así fue. A mediados del mes de febrero se iniciaron todos los trámites para la compra de esta, con un precio que roza los 1.800 euros. Sin embargo, por distintas cuestiones administrativas, la silla aún no ha llegado al modulo de la playa de La Cachucha, impidiendo el baño a las personas con movilidad reducida que son usuarias habituales, como Rosa y María José.

“Antes de precisar de la silla de ruedas, en el mes de abril ya había empezado yo a bañarme porque, además de que me encanta nadar, es algo que me viene muy bien para mi situación, pero ahora es imposible”, lamenta María José.

Haciendo cálculos, a estas mujeres se les va el verano enseguida. “Para poder bañarnos poco más que se tienen que alinear los planetas”, comenta Rosa. “Dependemos de que se inicie la temporada, de hacerlo dentro del horario de los vigilantes, de que cuadren los horarios de las mareas que en La cachucha no siempre pasa y, claro está del levante y el tiempo en general”.

"Ir a otras playas nos resulta imposible"

Ante la imposibilidad de darse un baño en la Playa de La Cachucha, Rosa y María José han intentado explorar otras alternativas, como acudir a otras playas del entorno. Pero para ello, precisan del transporte público y es ahí donde continúan los problemas.

“Para nosotras una opción era ir a la playa de La Victoria, en Cádiz, donde sí funciona el servicio de la silla anfibia, pero es imposible por culpa de Renfe”, lamentan. Y es que estas dos mujeres son dos más de las perjudicadas por los múltiples problemas que la estación de Renfe de Puerto Real presenta de forma cada vez más habitual.

Acceso a la playa, intransitable para personas con movilidad reducida Acceso a la playa, intransitable para personas con movilidad reducida

Acceso a la playa, intransitable para personas con movilidad reducida / C.P. (Puerto Real)

Uno de los ascensores casi siempre está estropeado. Aunque podemos bajar a la vía soterrada, a la vuelta no podemos salir de ahí porque nos quedamos atrapadas”, lamenta Rosa. “La verdad es que es una lotería y no te puedes fiar”, apunta María José

La alternativa que les queda a estas mujeres no es otra que, en lugar de finalizar su trayecto en Puerto Real, seguir viajando hasta la estación de El Puerto. Allí se bajan y esperan el próximo tren de Cercanías que las lleva hasta Puerto Real, de modo que puedan finalizar su viaje en el andén que sí tiene, con suerte, un ascensor funcionando. Una operativa demasiado costosa en tiempo y, sobre todo, injusta e indignante.

Ambas han presentado también muchas reclamaciones tanto en Adif como en Cercanías Renfe. “Las respuestas son siempre las mismas, que son problemas puntuales, que es una vería de no sé qué, que mil disculpas y que estará solucionado lo antes posible, pero la verdad es que esto siempre acaba eternizándose”, dice Rosa.

“Ayer mismo me respondieron a una queja diciéndome que ya estaba solucionado el problema, pero una chica de Cercanías me llego a decir que estaban esperando una pieza para su arreglo, pero que, al parecer, debía venir en burro porque estaba tardando mucho”.

Así, mientras todo se soluciona, a Rosa y María José no les queda otra que contemplar la playa desde el Paseo Marítimo, esperando que los problemas que impiden que se den un baño se solucionen antes de que se acabe el verano.

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