CRISIS AEROESPACIAL

Dieciséis años del primer vuelo del A380, el avión que encumbró y sentenció a Airbus Puerto Real

  • La planta de Puerto Real ha sido una de las más perjudicadas tras la caída del proyecto del superjumbo

  • El primer despegue del A380 se vivió en directo desde la fábrica de 'El Trocadero'

Los trabajadores de Airbus Puerto Real seguían en directo el primer vuelo del A380, en abril de 2005

Los trabajadores de Airbus Puerto Real seguían en directo el primer vuelo del A380, en abril de 2005 / Julio González (Puerto Real)

Este martes, 27 de abril, en Puerto Real se debía estar celebrando uno de los mayores hitos logrados por Airbus. Hoy se cumplen dieciséis años desde que se realizó el primer vuelo del avión de uso comercial más grande del mundo, el A380. Ese día, una gran pantalla en la fábrica de Airbus de ‘El Trocadero’ mostraba la señal del primer despegue desde el aeropuerto de Toulouse-Blagnac, con apenas seis pasajeros a bordo, entre los que se encontraba el piloto Fernando Alonso.

El primer vuelo se producía justo once meses después de la entrega del primer estabilizador horizontal que la factoría de Airbus en Puerto Real construía para el gigantesco ‘superjumbo’. Exclusivamente en la construcción de las piezas del A380 trabajaban unos 200 trabajadores de una plantilla total de 534 personas que entonces había. Además, otras 300 participaron como proveedores y 500 más en toda la Bahía se volcaron con un proyecto que elevo a la planta de Puerto Real hasta lo más alto, y que ha terminado siendo su talón de Aquiles.

El fin de la producción del A380 en 2021 ha tenido un gran impacto en la fábrica puertorrealeña, responsable del ensamblaje de tres piezas. Concretamente, el estabilizador de cola, de 40 metros de largo y que se envía en barco desde La Cabezuela a Toulouse (Francia) a la línea de montaje final, el HTP o timón de profundidad, y la panza o belly fairing.

Pero el A380 no ha cumplido las elevadas expectativas comerciales de Airbus, que en los últimos años había reducido la cadencia de producción a tan sólo seis unidades al año, hasta que su construcción se ha convertido en un recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue: “un triunfo de Europa".

La planta de Puerto Real, que tuvo que reorganizar su distribución interna para sumarse al proyecto, quedó tocada tras su caída. La pandemia se ha encargado de empeorar las cosas en una fábrica que precisa de carga de trabajo para evitar su cierre.

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