La paz social que se esperaba lograr en los centros de trabajo de Navantia con la propuesta del convenio colectivo y del Plan Industrial de la compañía, se aleja tras el rechazo mayoritario a sendas propuestas que ayer quedó patente en la mayoría de centros.

En lo referente al Plan Industrial, del total de votos que ayer se realizaron en los diferentes centros de la compañía que fueron 2042, más de la mitad (1122 votos) fueron de rechazo. En Cádiz, el centro más contrario a la aprobación del Plan fue Puerto Real.

En este centro, el presidente de su comité de empresa, Juan Escamilla, considera que ha existido una “falta de colaboración en la creación de este Plan industrial, que se nos ha presentado recientemente y en el que la parte social para nada ha tenido participación”.

Además, argumenta, que una vez que lo conocieron, “constatamos lo que ya nos temíamos: la empresa en Puerto Real da la espalda a la construcción naval civil, argumentando que no es rentable sin detallar el por qué de esa baja rentabilidad”.

Por otro lado, explica que el plan responde al período 2023-2027, pero que “en absoluto es así cuando la dirección nos dice que las inversiones y todo lo que conlleve generación de empleo se va a tratar año a año y en función de la carga de trabajo que exista, por lo que entendemos que hay mucha improvisación”, asevera Escamilla.

Sin embargo, para la compañía pública, el Plan Industrial es “una hoja de ruta ambiciosa y realista”. Destaca Navantia que su punto de partida es una “contratación histórica”, de 10.000 millones de euros en el periodo 2023-2027, fruto de los acuerdos alcanzados y de la labor comercial.

Fuentes de la compañía han asegurado a este periódico que esta cartera de pedidos permitirá alcanzar una facturación anual de 2.000 millones de euros a partir de 2024, lo que supondrá duplicar la facturación anual de los últimos ejercicios.

Además, las mismas fuentes detallan que para hacer posible la ejecución de esos programas, el plan prevé la contratación de 1.500 personas en todos los centros de trabajo (Ría de Ferrol, Bahía de Cádiz, Dársena de Cartagena y Madrid) y recoge inversiones por más de 630 millones de euros, un importe cercano a todo lo invertido por la compañía desde su nacimiento como Navantia en 2005.

Ante este escenario de rechazo por parte de los trabajadores, la empresa dice que analizará la situación y decidirá el rumbo y las acciones más adecuadas. “En todo caso, Navantia ha establecido en esta hoja de ruta las líneas maestras por las que debe avanzar para seguir cumpliendo con sus clientes con niveles de excelencia, impulsar su eficiencia y su transformación digital y sostenible y arrojar beneficios en los próximos años”, han expresado fuentes de Navantia.