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Puerto Real

Coronavirus Puerto Real: La cita previa enrarece al comercio local

  • Los comerciantes de Puerto Real intentan volver a la normalidad con más ganas que clientes

  • Los hosteleros deciden esperar a trabajar con mas posibilidades y plantean dudas sobre la viabilidad de abrir bares con terrazas al 50%

Un cliente entrega unos zapatos en en establecimiento de reparación de calzado

Un cliente entrega unos zapatos en en establecimiento de reparación de calzado / J.A.T. (Puerto Real)

Los comercios minoristas de superficies inferiores a 400 metros cuadrados, la gran mayoría de los que existen en Puerto Real, tenían este lunes vía libre para la ansiada reapertura. Podían retomar la actividad tras casi dos meses de puertas cerradas, pero con algunas condiciones que dejaban un primer día de la fase cero "muy raro". 

Al margen de las peluquerías, centros de estética o clínicas de fisioterapia, para los que trabajar con cita previa es lo habitual, el resto de comercios no están habituados. "Si me dicen que tengo que coger cita para que me pongan las tapas a unas botas me hubiese echado a reír", decía una clienta en la puerta del servicio de reparación de calzado. "Pero estamos viendo cosas tan poco normales que ya no se asombra una de nada", apostillaba la mujer mientras esperaba su turno. No había pedido cita. No se le ocurrió. Así que esperó a que no hubiese nadie para dejar la bolsa con los zapatos, su nombre y teléfono, y salir. Lo habitual.

Raro también eran las tiendas de moda con su dependienta en el interior, la puerta cerrada y un cartel que avisaba de la necesidad de coger cita. Pequeños comercios de barrio convertidos en un Showroom privado. Por eso, algunos comercios veteranos como "Galerías Vidal", y otros recién llegados, como es el caso de 'Lou Moda", utilizaban las redes sociales para ofrecer su catálogo de productos y un servicio de cita previa al que se podría llegar, al menos, con una idea.

Pero eso de pedir hora con anticipación "dificulta mucho que las compras sean normales", según explicaba una de las dependientas que, pese a que empezaba a recuperar la actividad, mantenía la baraja de su establecimiento a medio abrir porque "la gente entra y no vamos a empezar a echar a los clientes".

El sistema de esta "nueva normalidad" es "contraproducente" para clientas como Alicia Ávila, vecina de la barriada Río San Pedro que acudía al centro de la ciudad a comprar productos que llevaba tiempo necesitando. "He contactado con una tienda de ropa para comprar una camisa negra que necesito para el uniforme del trabajo y me han dado una hora", explica. "Pero es que ahora tengo que recoger un pedido de un bar, que me dicen una hora mas tarde, y otros productos de ferretería -media hora después- y al final entre cita y cita nos llevamos toda la mañana en la calle que es lo último que quiero", lamentaba.

Sin embargo, el primer día de esta tímida reapertura del comercio dejaba una imagen de la calle De la Plaza que no era proporcional al número de establecimientos abiertos. "No es normal la gente de hay por la calle", se comentaba. Sin embargo, sí que puede ser normal teniendo en cuenta que es la principal y prácticamente única vía comercial y peatonal del municipio. En ella se sitúan la mayor parte de bancos y "hoy es primero de mes, se están cobrando los ERTEs por adelantado y la cola de los cajeros es una feria. Dieciséis personas he tenido que esperar para sacar dinero. Como para que no haya gente en la calle", lamentaba un joven.

Y mientras algunos empezaban a atender al público, muchos de los bares y restaurantes optaban por empezar la limpieza, pintar o adecentar los locales para tenerlo a punto cuando se inicie la actividad "por derecho". "De momento, para recoger en el local o para montar cuatro meses de la terraza no vamos a abrir", decía el gerente de un conocido bar del centro de la ciudad. "Entiendo que los que ya estaban haciendo reparto a domicilio sí pongan un servicio para recoger en el local, pero ese no es nuestro público habitual y, de momento, esperaremos".

Los comerciantes de la ciudad, a través de las asociaciones de comerciantes de la Villa, han trasladado al Ayuntamiento una serie de propuestas "a corto plazo", entre las que se encuentras ayudas económicas para el pago del alquiler o suministros, o la ampliación de terrazas y horarios comerciales.

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