Antonio Noria | Ex presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real

“Nadie ha apoyado al astillero de Puerto Real fuera de Cádiz, ni mi sindicato”

  • El histórico sindicalista repasa su trayectoria como representante de los trabajadores del sector naval y como concejal en el Ayuntamiento de Puerto Real con José Barroso en la Alcaldía

Antonio Noria, ex presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real.

Antonio Noria, ex presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real. / Fito Carreto

Antonio Noria (Cádiz, 1957) mira a las grúas pórtico de los astilleros desde el paseo marítimo de Puerto Real, el lugar donde ha citado el periodista para la entrevista. “Aquello es un monumento”, afirma de repente. Oficialmente es un prejubilado desde el pasado mes de mayo en aplicación del plan de rejuvenecimiento de Navantia. Pero sigue empleando el presente cuando habla de los problemas de la plantilla a la que representó como presidente del comité de empresa en dos etapas. Entre medias se encuentran las tres legislaturas en las que fue edil del Ayuntamiento de Puerto Real con José Barroso en la Alcaldía. Noria sigue siendo de izquierdas, pero no ahorra las críticas a su sindicato –CCOO– ni a su antiguo partido –IU–, donde dejó de militar tras la confluencia con Podemos.

–¿Cómo lleva el pase a la prejubilación?

–Todavía estoy en fase de adaptación. En la última charla que tuvimos, le decía a mis compañeros “hombre jubilado, nietos y mandados”. Hay que saber llenar el día con las lecturas que no había hecho antes o la música que no había podido escuchar. Desde luego, no te puedes quedar en el sofá con el mando a distancia en la mano.

–¿Ha dejado unos astilleros mejores que cuando ingresó?

–No. No me voy a remontar a los años 70 que es cuando entré. Pero los astilleros han ido en caída libre y no hemos sido capaces de frenarla. Para los compañeros y compañeras que me han sustituido la situación es peor que la que yo tuve en mis dos etapas.

–¿Mereció la pena tanta lucha?

–Las puertas de los astilleros siguen abiertas y eso es lo principal. Siempre es reversible volver a tener una carga de trabajo digna. Pero en el momento que se cierra, ya no hay más astilleros. Todos los que hemos pasado por allí entendemos que nuestra lucha es lo que las ha mantenido abiertas. Y las últimas han servido para que se consiguiera un uno por uno en las jubilaciones y que la plantilla se mantenga en Puerto Real en 450 trabajadores, que es menos de lo mínimo que debería tener.

–¿Si no se corta el puente no se les hace caso?

–Eso es algo que está ahí.No hemos sido los únicos trabajadores que hemos tenido este tipo de luchas, desde los mineros a Euskalduna. Por supuesto que nos ha ayudado en nuestra lucha, pero hay que recordar que la bahía estaba prácticamente muerta y los astilleros era la única industria que podía mantenerla viva. Los poderes públicos ayudaron también en su día. Quien habla de privatizar no sabe de qué está hablando. Todos los astilleros privatizados, el último el de Sestao, hoy están cerrados.

–¿Es posible construir barcos en España sin ayuda pública?

–Ni en España ni en ningún sitio. Hay muchos tipos de ayudas, desde el cabotaje de Estados Unidos, hasta el apoyo de los land alemanes pasando por Francia, donde el gobierno tuvo que salvar a uno de los principales astilleros que hacen cruceros y que eran a los que íbamos a ayudar en Puerto Real. ¿Por qué? Porque el sector naval es muy difícil. ¿Y qué riqueza crea el sector naval? Eso es lo que hay plantearse. Nosotros hemos mantenido una media de 3.500 trabajadores en la Bahía de Cádiz con cuatro petroleros. Y eso sin entrar en los indirectos.

Antonio Noria, ex presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real, durante la entrevista. Antonio Noria, ex presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real, durante la entrevista.

Antonio Noria, ex presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real, durante la entrevista. / Fito Carreto

–¿Qué le pareció la comparación que hizo un político del PNV entre la lucha de astilleros y los CDR?

–Yo no sé qué objetivos tienen los CDR. Y podría haber mentado también a los astilleros de Sestao o Euskalduna, que también hicieron la misma lucha. No le he dado la más mínima importancia. Es lo mismo que esas informaciones sobre la KGB en astilleros, que son de cachondeo.

–¿La KGB no se interesó por astilleros?

–¡Anda ya, por favor!. Claro, y nos subvencionaban los frigoríficos y las lavadoras que se tiraban por los balcones. La lucha de Cádiz en aquel momento salió de las asambleas, y punto. De verdad, más vale no darle pábulo.

–¿En qué momento vio más negro el futuro de los astilleros?

–Ha habido dos momentos importantes. El primero fue en los 80, cuando todo el pueblo estaba en la calle porque parecía que esto se acababa. Y el otro fue la unificación con los militares. Fue un error. De ahí viene todo lo que está pasando ahora.

–Durante años dio la impresión de que los tres comités de de la bahía iban por su cuenta. ¿Esa falta de unidad ha sido un lastre?

–Ha habido unidad, aunque con conceptos distintos.Los periodos no son siempre los mismos. Por ejemplo, San Fernando ha tenido sus crisis y no son coincidentes. Un astillero militar y uno civil no tenían nada que ver en la forma de contratación, los tiempos o el coste de los barcos. Por eso, un problema que hemos soportado los civiles es el de la unificación. Si fue para salvarnos, al final no se ha salvado nadie.

"Siento envidia del respaldo que reciben los compañeros de Ferrol de todos los estamentos, incluidos los sindicatos”

–¿Su primera etapa en el comité se cerró por su entrada en política?

–No. Yo dimití dos años antes del comité y volví a mi puesto de trabajo en mantenimiento. Entró Ramón Linares, que por cierto, no creo que haya habido nunca un presidente mejor que él. A mí me hace entrar en política el pacto a cuatro de PA-PP-Ecologistas y PSOE. Ya me lo habían pedido antes y nunca había aceptado. Pero en ese momento ya no estaba en el comité, por lo que di el paso.

–¿Por qué?

–Por dar un cambio en el Ayuntamiento de Puerto Real. De hecho, sacamos unos buenos resultados y asumimos la Alcaldía de nuevo.

–Incluso se habló de usted como posible alcaldable, ¿no?

–Bueno.

–¿Hubo alguna oferta?

–No hubo oferta. Yo siempre estuve en la lista de Izquierda Unida, y la asamblea era la que definía la política a realizar. Pepe Barroso era una figura, y aún lo es en Puerto Real. Mientras que él quisiera, él seguiría siendo el candidato.

–Fue una época en la que coincidieron en la provincia alcaldes muy emblemáticos, incluso a nivel nacional, como Barroso en Puerto Real, Pedro Pacheco en Jerez o Patricio González en Algeciras. ¿Cádiz ha perdido peso hoy?

–Yo creo que sí.

–Lo digo porque muchas de las decisiones que afectan a astilleros se toman en Madrid.

–Nosotros hemos tenido la suerte de que nos han ayudado mucha gente. Por ejemplo, Teófila Martínez, por irnos al extremo opuesto. Ella siempre nos ha cogido el teléfono e incluso nos ha llamado para preguntar qué podía hacer. El PSOE también nos ha recibido siempre. Tenemos que agradecer a Chiqui –el ex vicepresidente de la Junta Manuel Jiménez Barrios– toda la labor que hizo por nosotros.

–¿No ayuda que la SEPI y Navantia estén presididos ahora por gaditanos?

–Eso no ha servido para nada. Estoy desencantado de los nombramientos que hizo el PSOE porque creíamos que iban a ayudar al sector naval de la Bahía. Para Puerto Real ha sido nefasto.

–¿Qué posibilidades le ve a Puerto Real a medio plazo?

–Necesita ayuda de todos los estamentos, Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía... Me conformaría con que apoyaran de la misma forma que se hace en Galicia con Ferrol. Siento envidia, y no sana, porque eso no existe, de nuestros compañeros de Ferrol con el apoyo que tienen incluso de los sindicatos de clase. En mi primera fase en el comité, no tengo reproche para el sindicato. Pero en mi segunda fase, tengo que decir que fuera de la provincia de Cádiz, sindicalmente nadie ha ayudado al astillero de Puerto Real. Y cuando digo nadie, me refiero a mi sindicato.

"Los nombramientos de gaditanos en la SEPI y Navantia han sido nefastos para el astillero de Puerto Real”

–¿El dique cubierto gallego es el mayor enemigo de Puerto Real?

–El que sea cubierto nos da igual. El problema está en los metros. Nosotros tenemos el mejor dique que puede haber ahora mismo, de 500 metros de eslora. Si no es para competir con Puerto Real, ¿para qué se necesita invertir en un dique de 400 metros? ¿Para hacer corbetas o fragatas? No.

–¿Se arrepiente de algo?

–Habrá quien comente que me he pasado en algunos momentos y quien diga que no he llegado. Para el comité había dos cuestiones importantes: no perder la construcción civil y hacer un plan para las empresas auxiliares, algo que no hemos logrado. Son fundamentales porque cuando termine el plan estratégico en 2022, nos quedaremos con unos 450 trabajadores. Si queremos hacer barcos, tenemos que contar con las empresas de la Bahía, y eso hay que organizarlo bien.

–Ahora que tiene mucho tiempo libre, ¿le pica el gusanillo de la política?

–De momento, no. No sé dentro de seis meses. Yo dejé Izquierda Unida porque entre otras cuestiones, creo que no se ha debatido en Puerto Real la unión con Podemos. Como no me convenció, decidí quedarme al margen. Y ahora mismo, no me pica. Administrar un ayuntamiento de más de 40.000 habitantes es muy difícil. Tendría que dar un vuelco en mis condiciones ideológicas para militar en algún partido.

–¿Qué le hace recelar?

–Podemos no me convence, y eso que les he votado. Y lo hemos sufrido allí enfrente –señalando al astillero–. Hasta el final, no me llamó el alcalde de Puerto Real para preguntarpor nuestra situación. El principal motor de una ciudad es la industria. Y si no funciona, la ciudad tampoco. ¿Qué pasa con el suelo de Delphi? ¿Y con Las Aletas? Eso se tiene que solucionar.

Dejé Izquierda Unida porque no me convenció la unión con Podemos. Creo que no se ha explicado suficiente”

–Fue concejal de Urbanismo, por lo que conoce bien la situación.

–Hay una zona de Las Aletas que no tiene nada que ver con el Dominio Público Marítimo-Terrestre. Está en el PGOU desde los años 80 y se podría haber empezado a usar ya porque hay superficie más que suficiente. Va a pasar que los que estamos aquí nos vayamos de este mundo y aún no esté completo.

–¿Qué es más probable? ¿Que salga un nuevo petrolero de Puerto Real o que Antonio Noria entre en política?

–No nos gustan los petroleros, aunque nos agarramos a ellos porque no teníamos alternativa. Es un barco sencillo y estamos capacitados para hacer otro tipo de barcos. ¿Por qué no se cogió la obra de los cruceros franceses? Eso sí que habría sido una nueva vía. Se dejó atrás después de que técnicos nuestros se mataran durante un año. Confío en el actual comité de empresa y creo que poner una quilla de barco es más fácil que yo vuelva a la política. Yo ya tengo edad de estar jubilado.

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