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Celebración en zahara de la sierra y el gastor Tradición y fiesta se unen en la celebración del Corpus Christi

La tradición del Corpus pudo más que la amenaza de lluvia

  • No llovió durante el recorrido, aunque sí en las horas previas, lo que requirió un mayor esfuerzo de los vecinos para ornamentar sus calles · El mal tiempo también redujo algo el número de visitantes

La fiesta religiosa que conmemora solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía volvió a ser protagonista ayer en Zahara de la Sierra y El Gastor, donde ni siquiera la amenaza de lluvia disuadió a sus vecinos del enorme esfuerzo que cada año les lleva a transformar sus localidades en auténticos bosques el día del Corpus Christi.

Las previsiones meteorológicas no acompañaban y las primeras horas del día lo confirmaron. En cualquier caso, tanto zahareños como gastoreños están ya acostumbrados a esquivar este obstáculo, y más de un año celebraron esta jornada incluso pasados por agua. No fue este el caso de ayer. Tras las respectivas misas, poco después de las doce del mediodía se iniciaban los recorridos procesionales en ambas poblaciones sin presencia de la lluvia en ningún momento, y eso a pesar de que horas antes sí que afectó durante las labores de exorno de las calles, por lo que este año requirió si cabe un mayor esfuerzo de los vecinos y mayores prisas para que todo estuviese listo.

Se daba así continuidad a una tradición que en Zahara cumple ya cinco siglos, y que en El Gastor, con una antigüedad similar, cobró mayor importancia a partir de 1747, coincidiendo con la conclusión de la Iglesia. Tradición cumplida para los vecinos y sorpresa para los visitantes que pudieron contemplar alfombras interminables de juncias y fachadas cubiertas por ramos y palmas. Como manda la tradición, el elemento común y protagonista de los recorridos procesionales fue el Santísimo Sacramento, que volvió a recorrer calles y plazas de forma solemne en lo que supone la fiesta religiosa de la Eucaristía.

No faltaron, por supuesto, los niños que celebran su Primera Comunión, y cuya presencia es una tradición más de esta jornada. Además, en medio de la comitiva gastoreña destacaron los ya populares espigadores que, acompañados por una borriquilla y un carrillo, visten antiguos trajes con sombreretes de esparto y protectores en las piernas que datan del siglo XVIII. Esta recreación recuerda a los pastores que en el pasado cortaban las juncias y protagonizaban estas fiestas de origen pagano.

En Zahara se realizó el acostumbrado recorrido a través de casi una decena de altares que repiten su misma ubicación año tras año, mientras que en El Gastor, por sus menores dimensiones, la ornamentación acapara casi toda la localidad, incluyendo en esta ocasión casi una veintena de altares en calles como Algarín, Arroyo o la Plaza de la Constitución.

En otro punto de la Sierra de Cádiz, en Ubrique, se optó sin embargo por su suspensión. La jornada también amaneció muy cubierta y con precipitaciones intermitentes de cierta intensidad. La lluvia llegó justo en el momento en que iban a decorarse los nueve altares previstos en este municipio. Ya al mediodía, con una mejoría notable del tiempo, se planteó la duda sobre si realizar el recorrido sin la presencia de los altares, pero finalmente se optó por suspenderlo.

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