El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, ha comunicado al consejo de administración su decisión de renunciar a su cargo como consejero de la institución financiera y, por tanto, poner fin a su mandato como presidente de la quinta entidad financiera más importante de España. Azuaga adelanta así su adiós, previsto para la primavera de 2025, y facilita de esta forma la renovación completa de la cúpula bancaria, tras la salida en junio pasado de Manuel Menéndez y el nombramiento como  nuevo consejero delegado de Isidro Rubiales.

Azuaga todavía se mantendrá como primer mandatario durante unos meses, el tiempo necesario para la incorporación de un nuevo presidente con funciones no ejecutivas al frente del banco. La intención que se persigue es la de fichar a un directivo con fuerte prestigio en el sector financiero y externo al propio Unicaja. Se atendería así a la demanda del Banco Central  Europeo para cumplir los estándares más indicados para el gobierno corporativo.

Para ese plan de sucesión se contará con el apoyo de un consultor independiente, según la notificación que ha enviado Unicaja a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que se informa de que el consejo ha agradecido al presidente saliente la labor y los servicios prestados durante tantos años.

Azuaga tiene 76 años y hace meses que sopesaba dar un paso al lado. Las vicisitudes por las que ha atravesado Unicaja Banco en los dos últimos años le habían impedido hasta ahora concretar esta determinación. Primero, con la salida de la presidencia de la fundación bancaria del histórico Braulio Medel y su posterior sustitución por José Manuel Domínguez. Luego, con la remoción de varios consejeros del banco por pérdida de confianza. Finalmente, con la dimisión pactada de Manuel Meléndez que puso fin a la crisis en el reparto de poder originada a raíz de la fusión de la financiera andaluza de raíz malagueña con la asturiana Liberbank.

Según la comunicación del banco andaluz, el todavía presidente da este paso en un momento idóneo, "una vez culminada en todos sus aspectos la fusión con Liberbank, finalizado el periodo transitorio previsto en la misma, así como culminados distintos procesos en el ámbito de la gobernanza de la Sociedad con los acuerdos adoptados en la Junta General Extraordinaria celebrada recientemente". 

La salida de Azuaga permitirá la conformación completa de un nuevo equipo directivo para comandar el banco y afrontar los retos de los próximos años. El nuevo CEO, el citado Isidro Rubiales, ya ha formalizado los principales cambios en el equipo para proseguir la singladura, a falta de designar al responsable de Negocios.

El presidente de Unicaja Banco ha sido partícipe de todas las transformaciones desde que llegara a la presidencia en 2016. Desde la salida a bolsa a la última fusión con Liberbank que situaba a la entidad con más de 113.000 millones de euros en activos y como banco referente en seis comunidades.

Azuaga es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Málaga. En 1986 se incorporó al grupo procedente de la Caja de Antequera. Cinco años después alcanza la subdirección de control de Unicaja. En 2004 salió para incorporarse al equipo de la ministra Magdalena Álvarez como presidente de los aeropuertos, AENA. Al frente del organismo se mantuvo durante cuatro años, suficientes para dejar encauzada la obra del aeródromo de Málaga. La terminal 3 que se inauguró en 2010 tras una inversión de 300 millones de euros y que permitirá alcanzar en un futuro cada vez más cercano los 30 millones de viajeros.

Tras su regreso a Unicaja, en 2010 fue nombrado director general de las empresas participadas y en 2014 asumió también la presidencia del Banco Ceiss, creada por la Caja España-Duero. Dos años después, Braulio Medel, ante la disyuntiva marcada por la ley, optó por abandonar la presidencia de Unicaja Banco y quedarse al frente del máximo accionista, la fundación del mismo nombre. Azuaga le sustituía con plenos poderes ejecutivos, que repartió con el consejero delegado de Liberbank tras la nueva fusión en 2021. 

El compromiso adquirido hace dos años con el BCE para el nuevo modelo de gobernanza obligaba a que el  consejero delegado disfrute de plenos poderes ejecutivos con un presidente con responsabilidades no ejecutivas en materia de relaciones internacionales y control. Ésas serán principalmente las funciones que tendrá que desempeñar el futuro sustituto de Azuaga, en cuya búsqueda la entidad financiera ya trabaja desde hace semanas.