EL PALILLERO

José Joaquín León

Los vaivenes de Moret

LA estatua de Segismundo Moret es algo más que una estatua. Es un emblema de Cádiz. Así lo proclama la inscripción del monumento: Cádiz a Moret. A sus pies, señor Moret, que no en vano era usted presidente del Gobierno de España en 1909, y estaba vivo cuando le inauguraron el monumento en la ciudad donde nació. Cádiz le salió la mar de agradecida a Moret. Hace 58 años se lo llevaron desde San Juan de Dios hasta la plaza de Sevilla. Y ahora se lo llevan desde la plaza de Sevilla a la plaza de San Juan de Dios. Es lástima que estas cosas se hagan en plan soso, con una grúa, cuando se podría llamar a los voluntarios de Ramón Velázquez y organizar una procesión cívica y laica como Dios manda.

Y, como esto es Cádiz, la gente protesta por todo. Cambian a Moret de plaza y ya hay indignados. Decía el arquitecto José María Esteban que en San Juan de Dios afecta a la perspectiva, y que en la plaza de Sevilla hasta servía para regular el tráfico. Mi estimado José María, que este gachó era una eminencia, no vayamos a dejarlo como un policía local y le regalen aguinaldos por Navidad como a los de antes.

Muchos políticos del XIX tienen calles en Cádiz: Cánovas del Castillo, Sagasta y a su templo. De Adolfo Suárez en adelante casi nada. Pero de una calle a un monumento hay diferencias. En el paraíso de los monumentos, los dos políticos gaditanos por excelencia son nuestro Segismundo Moret y Emilio Castelar. Dos grandes personalidades. Moret fue ministro con Amadeo de Saboya, Alfonso XII, María Cristina y Alfonso XIII, lo cual tiene mérito. Cambió de opinión algunas veces, siendo liberal o lo que hiciera falta. Fue presidente del Consejo de Ministros y presidente de las Cortes. Era listísimo, según dicen. Castelar tampoco era cualquier cosa de político. Baste recordar que, aparte de sus legendarias dotes para la oratoria, fue presidente de la Primera República española. Los dos se parecen en que fueron dos políticos destacados de la última mitad del siglo XIX, y en ser gaditanos debido a que nacieron en Cádiz.

La ciudad natal se ha portado bien con los dos, no se podrán quejar. Les pusieron sendos monumentos, que son famosísimos. Uno por San Juan de Dios o por la plaza de Sevilla, con sus traslados incluidos. El otro en la plaza de Candelaria, con su monumento mohoso, en el que se ceban las palomas para gloria de los chirigoteros, junto a la peña La Estrella. Nada tienen que ver estos dos monumentos con los que inaugura Teófila, que son un pájaro, un candado y otras rarezas impersonales.

En 2013 (el año próximo) se conmemorará el centenario de la muerte de Moret el de la estatua. Se podría organizar otra Gran Regata o algo en el Oratorio, pues no debería pasar desapercibido.

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