El sexo de los jueces

Todos los españoles tenemos los mismos derechos, y los jueces la obligación de que así sea

Los jueces no deberían tener ideología como los ángeles no tienen sexo. Quizá hasta para los más creyentes sea cuestión de fe creer que sea así. Los expertos en angelología Marcello Stanzione y Fausto Bizarri lo razonaron en Anghelosophia (Tau Editrice), donde, recurriendo a las palabras de Cristo, los alados celestiales, conservando su propia naturaleza sexual, no ejercitan la sexualidad. Lo que nos daría a entender que los ángeles sí tendrían sexo, aunque renuncien a su genitalidad no casándose ni dándose al matrimonio. El cristo de los jueces es la Constitución. Lo es para todos los españoles de bien. Cuando una persona decide emprender semejante carrera se le presupone una disposición vocacional por sus valores personales que harán que en el ejercicio de su carrera lleve al extremo la independencia, imparcialidad, objetividad, profesionalismo, excelencia, responsabilidad, justicia, equidad, capacitación y secreto profesional, que no es poca cosa. El respeto a la justicia está demodé y se repiten los ataques a los jueces, señalados con nombres y apellidos, también desde la tribuna del Congreso sin que su presidenta Francine Armengol detenga a quienes les amenazan, y sin la reacción de ninguna institución jurídica haya protestado por ello, a excepción del CGPJ que hará un pleno extraordinario para tratar las ofensas que están recibiendo de manera impune. Vamos perdiendo la fe. Empezamos a vislumbrar las dudas de que, si te sientas en el banquillo frente a jueces y fiscales, empiezas a temer que por su ideología o venganza dependa su sentencia. Por lo tanto, se espera que las personas que se dedican a ejercer de jueces y fiscales, aun teniendo cuales ángeles su biología detenida, mantengan su ideología fuera de las salas. No estudian con una inicial intención de entrar en la sala para derrocar gobiernos a voluntad o tras petición de algunos políticos: aquellos que toman la Constitución como una redacción de una criatura de tercero con faltas de ortografía corregidas por la maestra. La imparcialidad de los jueces puede ser subjetiva u objetiva, pero nunca actuará en favor de un gobierno que los utiliza como marionetas de feria. Todos los españoles tenemos los mismos derechos, y los jueces la obligación de que así sea, sin caer en la tentación o ser doblegados por injerencias personales. Creer en la independencia de los jueces, fiscales, es un acto de fe para los ciudadanos. Como los ángeles, los jueces tienen su ideología, pero ésta debe serle tan inútil como los genitales a un ángel.

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