Acuadros me quedé cuando el pasado viernes vi en la portada de Diario de Cádiz y de Diario de Jerez la fotografía de agentes de la Policía Local de esta última ciudad protestando delante del Ayuntamiento. Hasta ahí todo normal, pero ya no lo fue tanto ver que dichos agentes estaban disfrazados de romanos. Y todavía fue más chocante ver en la misma foto que los que controlaban la protesta eran los mismos compañeros de los 'romanos'.

Hay que tener muchas ganas de juerga y de divertirse para hacer una protesta vestidos para ir al Carnaval, en plena Cuaresma. Todos vestidos igualitos, oigan. Así que supongo que tales disfraces los tendrían preparados desde hace tiempo o bien se los pidieron prestados a alguna chirigota, porque estaban muy bien conseguidos.

Lo que ya no tengo tan claro era cómo decidieron quién se disfrazaba y quién controlaba el tema, porque no me negarán que es cuanto menos curioso que sean tus propios compañeros los encargados de poner orden.

No pongo en duda las reivindicaciones de estos agentes, pero las formas no me parecen que sean las más adecuadas, al igual que tampoco me pareció lo más correcto cuando hace unos meses nuestra Policía Local montó la que montó, con atropello al coche del alcalde incluido.

Cuando un colectivo quiere conseguir algo y no lo consigue mediante el diálogo, me parece muy bien que proteste porque está en su derecho, pero sin alterar el orden. Porque si los agentes del orden no son capaces de mantenerlo, ¿quién lo va a mantener?

Cuando más falta hacen es cuando deciden las movilizaciones; como los pilotos de Iberia, siempre en vísperas de vacaciones; los conductores de autobuses, en vísperas de Feria… Y al final siempre es el ciudadano de a pie el que termina fastidiado con todas estas protestas y movilizaciones. Pero un día vamos a ser nosotros los que protestemos y que vengan los romanos a echarnos al circo de los leones, que ellos de circo entienden un rato.

Gracias por leerme.