¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Tenía razón

"Lo que más molestó a los independentistas del discurso del Rey es que tenía razón", dijo el periodista de izquierdas

Lo dijo un veterano y reputado periodista de izquierdas delante de un cartucho de pescado frito (lo que daba cierta solemnidad a la ocasión): "Lo que más molestó a los independentistas catalanes del discurso del Rey del 3 de octubre de 2017, lo que nunca le perdonarán, es que tenía razón". Veníamos de la presentación de la segunda entrega de Palmagallarda -la trilogía en la que Ignacio Romero de Solís invoca a la diosa memoria para narrar el final de la nobleza terrateniente bajoandaluza. Ya en las librerías- y en torno a la mesa nos congregábamos lo que podríamos llamar una variopinta representación de la España real, por lo que pronto -no podía ser de otra forma- invocamos a los demonios patrios: Guerra Civil, república vs. monarquía, procés… Ya saben, en esta tierra de conejos es imposible acatar la remilgada conseja inglesa de que en la mesa no se debe hablar ni de política ni de religión. Eso puede valer para un pueblo de sportmen y lectores de Shakespeare y Wodehouse, pero no para los aborígenes de una península a los que Catulo criticaba por limpiar sus dientes con orina.

Pero volvamos a Felipe VI. "Tenía razón", dijo el conocido periodista, y nosotros no podemos menos que asentir, porque lo que pasó aquel día aún vive fresco en nuestra memoria. Recordamos una España desconcertada, tensa, inquieta, preocupada con la inacción de Rajoy y el envalentonamiento de unos facciosos que habían decidido romper, no ya España, sino las normas más básicas de la democracia, pisoteando los derechos de los diputados no afectos al secesionismo, trampeando el reglamento, achuchando tractores contra la Guardia Civil, manipulando la historia, insultando a todo un país… Cuentan que, cuando se anunció la intervención del Rey, el consejo de gobierno de la Generalitat estaba reunido, con Puigdemont a la cabeza. Alguien entró en la sala y lo comentó, pero los señores consellers siguieron con las labores propias de su sexo. Poco esperaban del petit Borbón. Sin embargo, al rato, la misma persona volvió a interrumpir: Felipe VI estaba repartiendo estopa. Las caras cambiaron y pusieron la televisión. Good bye procés. Nunca se lo perdonarán y por eso lo han puesto en el punto de mira de todas sus invectivas, apoyados en el resto de España por los que sufren la superstición republicana y vieron en la intentona secesionista una oportunidad para cumplir sus fantasías. Ahora, el Rey del discurso cumple cinco años en el trono y nosotros no podemos menos que desearle un largo y feliz reinado.

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