¿Cuándo mueren los poetas?

25 de septiembre 2025 - 03:06

El pasado jueves, 18 de septiembre, fecha de su fallecimiento hace ya cuatro años, tuvo lugar en Buenas Letras un encuentro en torno a la figura poética de Aquilino Duque. La mayor gloria de la literatura sevillana de la segunda mitad del siglo XX sigue sin tener no ya una calle, no una fundación o un premio de campanillas con su nombre, ni siquiera una modesta lápida en su casa natal. Pero el jueves pasado, al conjuro de la magistral semblanza trazada por Jacobo Cortines y de los versos imperecederos del maestro, leídos por Juan Lamillar y Lutgardo García, sí se concentró en la casa de los Pinelo, con el salón rebosante, un público ansioso de recuerdo y poesía. El gran reto, sin duda, es evitar que la obra inmensa de Aquilino caiga en el progresivo olvido a que pudiera condenarla el mezquino esquinamiento y la indiferencia del entorno cultural que le negó en vida el pan y la sal, junto con las dificultades impuestas por ediciones a menudo ya inencontrables.

Entre el numeroso público se encontraba Lola, viuda de aquel otro gran poeta sevillano que fue Fernando Ortiz. Su presencia unía en ese acto a quienes fueron durante largos años grandes amigos y exponentes preclaros de esa estirpe de Bécquer sobre la que Fernando escribió páginas de tanta hondura. Y a esas mismas horas agotaba las suyas, confortado por la fe redescubierta, Antonio Rivero, quien no hacía mucho tiempo, al comentarle yo que la Fundación Cultural Herrera Oria organizaba ese encuentro en la Academia, me prometía su asistencia con brillo en los ojos. Se hizo presente, sí, porque expresamente lo recordó Javier Compás en una oportunísima intervención, y porque muchos de los presentes lo llevábamos en el corazón. Antonio ha fallecido en plena madurez y su muerte, además de para hacer ver hasta qué punto era querido y admirado ese hombre bueno y discreto, nos ha servido a muchos para revelarnos la magnitud de su obra, en la que la poesía ocupa un lugar central.

¿Mueren los poetas? ¿Cuándo se extingue su voz? Jacobo Cortines mostró cómo la de Aquilino sigue viva, además de en sus versos, en los de una miríada de poetas más jóvenes que se reconocen en su estela. Lo mismo puede decirse de Fernando Ortiz. Lo mismo se podrá decir de Antonio Rivero. ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?

stats