Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Ultimamente en esto de la gastronomía cada vez se producen más modas y estas tienen casi siempre el mismo patrón de comportamiento, crecen muy rápidamente y decrecen con la misma rapidez.

En los últimos años hemos visto muchas modas en torno a alternativas a los bocadillos. La primera en llegar fue el “bao”, que se definió como una versión del mollete…pero en japonés. La verdad es que las similitudes entre un bao y un buen mollete andaluz, es como comparar un langostino de Sanlúcar y las cosas esas que venden por marisco con los hipermercados que el bicho sabe a bisté de pollo…por decirte algo.

El bao, aunque todavía se ve en algunos restaurantes, va camino de la desaparición entre otras cosas porque es insípido y carece de miajón, la gran virtud del mollete.

Luego del bao ha llegado el brioche, que es el pan de moda ahora para envolver los bisteles, pero sin duda alguna el gran “contenedor” bocadillista de moda es el taco mejicano, esas tortas de maíz o de trigo que se cierran como si fueran una empanadilla de La Cocinera pero que, a diferencia de la histórica masa, estas no se cierran y rebozan por todos lados. Parece como si una de las grandes virtudes del taco está en llenarte todas las manos de pringue con las salsas voluptuosas que se le ponen por encima, preferiblemente picantes.

Ahora no hay bar que no te ofrezca un taco en su carta, además de la explosión de locales de comida mejicana. Lo cierto es que casi todos saben igual, tengan dentro lo que tengan, porque las salsas que llevan por lo alto enmascaran cualquier otro sabor y el picante mata a cualquier bistelito por muy bueno que sea.

Me gustan las novedades. Sería muy aburrida una vida en la que solo se comiera menudo y ensaladilla, por muy buenos que estén estos dos platos, pero lo que si pediríamos es que cuando llegue una de estas modas no lleguen hasta el último establecimiento perdido de Alcalá del Valle.

Tengo muchas ganas de que vuelva a la moda el pepito, ese bocadillo de filetitos de cochino frititos en su salsa que empapuchaba el viena y alcanzaba un grado de terneza jamás soñado. Digo yo que si se ponen de moda los baos, los brioches o los tacos, algún gurú de lo que es comé podría recuperar el pepito, hacerlo “instagrameable”, aunque yo me conforme con que la cosa sea “untable” que es mucho más alimenticio que las fotos del Instagram.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios