TIENE un nombre rotundo, norteño y lejano. Skara Brae muestra, allí en la nada, en medio del Mar Norte, cómo eran las viviendas del Neolítico. La casa de Pedro Picapiedra, a su disposición. Mueres de ternura. Aquí el hueco de una cama. Aquí el mortero. Aquí el agujero con agua salada en el que guardaban almejas y cangrejos (el aperitivo). El arqueólogo Marc Azéma ha realizado un vídeo animado en el que muestra cómo los bisontes de ocho patas y los caballos de tres cabezas del arte paleolítico (dibujados, se sabía, para dar sensación de movimiento) adquirían cualidad de película según incidiera sobre ellos un juego de luces y sombras. Si en estas fechas, uno de aquellos proyeccionistas (digamos) viajara a este mundo nos diría (una vez superada la epilepsia): "Ah, sí, yo también la celebro. La fiesta del sol que baila. Traemos ramas verdes a casa, brindamos y miramos al cielo".
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