TRAS un noviembre de ibis quién no ha vivido o escuchado estos días conversaciones sobre el poquito partido que se le saca a las nóminas. Cada vez menos. Nunca escuché a tanta gente confesar cómo viven parte del mes con números rojos en sus cuentas. A la vez, alguien de María de Arteaga confesaba que faltan ya bandejas para servir a los que cada vez más necesitan de alguien que les dé de comer. Pero al otro lado del muro, llenazos en los centros comerciales durante todo el fin de semana, madres y padres preocupadísimos por los últimos caprichos de sus hijos y carritos ya llenos de regalos (pocos de ellos de menos de 30 euros, se lo aseguro). ¿Cuál de las dos imágenes responden a la realidad? ¿Cómo lo hacemos? Dicen que lo peor está aún por llegar. ¿Estamos realmente preparados y estamos preparando a nuestros hijos para la que dicen que se avecina? Perdón, mejor me callo, que no quiero aguarle a nadie las fiestas.