Emergencia climática

03 de septiembre 2025 - 03:05

Hace tiempo que hay causas políticas que se han convertido en una especie de sustituto de la religión, o mejor dicho, de los peores fenómenos del fanatismo religioso representados por las sectas y los movimientos milenaristas. Basta pensar en el cambio climático o en el conflicto de Gaza. Miles de personas que no tienen ni idea de lo que hay detrás de esas situaciones –una física, la otra política– se manifiestan y gritan y bailan y cantan y entran en algo así como un trance chamánico. Supongo que es lo que ocurre cuando hemos renunciado a la religión para acogernos a cualquier clase de sucedáneo que nos permita sentir todos los fenómenos psíquicos que acompañan a la experiencia religiosa: la sublimación del yo, el profundo sentimiento comunitario, el odio a los herejes, la identificación con un objetivo sagrado, la defensa de unos principios inmutables que nos hacen sentir virtuosos y superiores a los demás, etcétera.

Lo digo ahora que he escuchado en RTVE al presidente del Gobierno –las vacaciones, por cierto, no parecen haberle sentado muy bien– echando todas las culpas de los incendios a la emergencia climática, como hacían los curas del siglo XVIII cuando acusaban al impío Voltaire y a las herejías de la Ilustración de haber ocasionado el terremoto de Lisboa.

Es evidente que estamos viviendo un cambio en el clima, pero lo que no sabemos es a qué se debe ni en qué medida está ocasionado por la actividad humana. Convendría recordar –basta revisar la Wikipedia– que la Tierra está sometida a un ciclo ininterrumpido de cambios climáticos, con periodos a veces más cálidos o a veces más fríos. La última glaciación tuvo lugar hace unos 12.000 años, en la época de los mamuts lanudos. Y las grandes civilizaciones mayas de Mesoamérica fueron destruidas por una prolongada sequía a finales del primer milenio de nuestra era. Y por lo que sabemos, los mayas no emitían gases contaminantes ni abusaban del gasóleo.

Lo digo porque echarle la culpa de los incendios al cambio climático es una forma como otra cualquiera de eludir la responsabilidad de evitarlos. Las supersticiones ideológicas tienen estas cosas: los fieles, los virtuosos, los verdaderos creyentes nunca tienen la culpa de nada.

stats