Llevo la patata

José G. / Roldán, / 'Yuyu'

El dolor del gorila arvellanado

Joder, con lo bien que iba el veranito y la puñetera de la parca se ha encargado de fastidiarlo. Se nos ha ido Agustín González el Chimenea, uno de los grandes de nuestra fiesta y muchos lo vamos a echar de menos. Yo lo apreciaba tela y me consta que el sentimiento era mutuo. Agustín fue una especie de Darwin gaditano, catalogando especies nunca hasta entonces conocidas como los cocodrilos de pileta y los gorilas verdes (también catalogados en ocasiones como "gorilas arvellanados", por su alimentación a base de avellanas). Creó infinidad de nuevos adjetivos, a la altura de los más grandes eruditos de la Academia de la Lengua en Tomate (como él la definiría). Definir unos daños de poca proporción como "pequeños cascarañeos" está solo al alcance de los más grandes pensadores. Describir la violación de una pava grande de patinillo, que sufrió lesiones como "abocardamiento general del ano" y "abolladuras intestinales", nos ofrece una lección de anatomía que ríase usted de Rembrandt.

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