Fútbol El Cádiz CF, muy atento a una posible permanencia administrativa

el alambique

Daniel / Bastida

El conflicto basuril

DE nuevo, otra vez más, el conflicto entre la empresa que controla Esther Koplowitz (FCC), trabajadores, y el Consistorio portuense; el resultado: la patada a 67 empleados.

Lejos de debatir en estas líneas acerca de la profesionalidad y salario de los barrenderos, el asunto debe tratarse desde otra perspectiva más solidaria, abogando por un consenso que evite un ERE que acarree 67 nuevos dramas familiares. Hay que negociar aunque sea por Fray Escoba, oiga.

La fractura viene de lejos, quizás desde el primer momento en que salió a concurso el servicio de recogida de residuos y limpieza viaria y se optó por la contrata más costosa de todas, y es que si retrocedemos en el tiempo hasta la época del nandismo, cuando era Sayse la concesionaria, ciertamente la ciudad parecía menos dejada en materia de limpieza, la infraestructura y el personal eran los necesarios, y los enfrentamientos eran menos frecuentes, y si los había ahí estaba el propio alcalde al frente dando incluso lecciones de cómo baldear las calles. Eran otros tiempos. Fue entonces cuando la megalomanía y el despilfarro sin previsión de futuro arribaron al área medioambiental y su jefe técnico dándole un nuevo giro al servicio trajo al gigante Fomento de Construcciones y Contratas y con ello el desparrame general y un canon anual brutal. El nepotismo y los privilegios laborales llegaron de la mano, y lamentablemente el número de personal y equipamiento aumentaron de manera inversamente proporcional a la calidad del servicio, unido a la adquisición de una flota de vehículos y maquinaria de lo más sofisticado; ¿alguien vio alguna vez en acción un artilugio antiexcrementos caninos denominado motocaca?

A todas luces quien más provecho sacó de la gallina de los huevos de oro fueron los señores sindicalistas negociando un convenio de una prerrogativa inusual con ejemplos como el de los artículos 20 y 21 donde se premia a la puntualidad con 134,38 euros y se gratifica con 67,01 euros con motivo de la festividad del Patrón de la actividad.

¿No son asumibles las medidas propuestas por la empresa para evitar los despidos? ¿Por qué no flexibilizan posturas trabajadores y sindicatos? A San Martín de Porres no le desagradaría.

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