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José De Mier Guerra /

La casapuerta

18 de noviembre 2012 - 01:00

Casi todas las casas de Chiclana tenían su 'casapuerta', así llamamos por aquí a lo que de Andalucía para arriba le denominan "zaguán". Las dos palabras que se encuentran incluidas en el diccionario de la RAE se definen como: "espacios cubiertos situados dentro de una casa, que sirve de entrada y está inmediato a la puerta de la calle". Este espacio era mas largo que ancho, ya que su longitud coincide con la primera crujía de la casa y realmente es la comunicación de la calle con el patio mediante un pasadizo.

La casapuerta, de por aquí, seguro que en su sentido arquitectónico coincide totalmente con el zaguán, pero sociológicamente tal vez nuestras casapuertas tenían unas connotaciones y usos bastante particulares.

El sitio de la casapuerta está limitado por dos aberturas, una al exterior y la otra interior. La primera es la "puerta de la calle", se cerraba con un marco, de madera, mas alto que ancho del que cuelgan dos puertas abatibles, robustas y con cierta garantía de seguridad no obstante casi siempre se encontraba abierta y solo se cerraba algunas noches mediante un gran cerrojo, de hierro, con pasadores redondos que tenían en su interior. La de dentro que comunica con el patio era mas pequeña y ligera y se le llamaba el portón, este si solía abrirse y cerrarse en muchas ocasiones, por lo que muchos tenían un artilugio que consistía en un cordel atado al pestillo al que se tenía acceso desde fuera mediante un taladro en la madera y un nudito en el cordel, esto permitía abrir desde fuera sin necesidad de tener ninguna llave. Las puertas eran mas un sencillo sistema para aislarse anímicamente de la calle que para conseguir seguridad.

Desde la acera a la puerta de la calle casi siempre existía un escalón lo mismo que desde la casapuerta al patio donde siempre aparecía otro, se pretendía que la solera de la casa estuviera más de treinta centímetros por encima de la calle, sin tener para nada en cuenta las barreras arquitectónicas. Su aspecto externo se cuidaba con esmero, intentando mantener con mucho esfuerzo la limpieza de la solería y el blanco de la cal de los paramentos.

Las casas de los 'mayestos', solían tener en su interior y dando al patio la necesaria cuadra para las caballerías, el acceso a la casa de los animales solía ser la misma casapuerta que para las personas. En estos casos se respetaba la cota de la acera, tanto en el zaguán como en el patio, aunque se limitaban los espacios con bajos peldaños de piedra, tanto en la puerta de la calle como al comienzo del patio. Las casapuertas necesitaban ser mas anchas, para que pudiera pasar el mulo con la carga en el serón y se utilizaba como solería, tanto en el patio como en la casapuerta, unos pequeños cantos rodados que se le llamaban "chinos" unidos por una mezcla de cal y arena. Con ese tipo de suelos evitaban que las caballerías pudieran resbalar y lesionarse.

En ocasiones, muchas de estas casapuertas se transformaban en improvisadas tiendas (puestos) donde se vendían fruta de temporada, tagarninas ó melones y sandías que habían sido cultivadas y recogidas por el dueño de la casa y la señora era la encargada de su mejor venta. Con el tiempo, a partir de los años cincuenta, también sirvieron estos singulares lugares como aparcamiento de bicicletas y pequeñas motocicletas, vehículos para el trabajo, no para el ocio, pues se les incorporaba un trasportín al que se adaptaba un serón de esparto.

Al anochecer con la penumbra y la puerta de la calle entornada su uso se hacía más delicado y servía de nido de amor para muchas parejas que necesitaban "pelar la pava" con cierta tranquilidad. Una chirigota de finales de los cincuenta, 'Los Cantinflas', con letras de Melchor Parro y Juan Soto, supo inmortalizar con el mejor humor e imaginación, este delicado uso, mediante un popular cuplé que dice: "El novio de mi prima Juana, como el la quiere tanto, le ha regalado un reloj, para el día de su santo, ella está loca contenta y no sabe lo que hacer, porque no entiende de hora ni se lo sabe poner, el novio que es un tunante, le dice con mucho saber, esta noche en la CASAPUERTA allí te lo enseñaré, le enseñó el minutero y ella supo contestar está mucho mas a punto que el de radio nacional".

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