Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
Las bermudas son una prenda inventada por el Duque de Windsor cuando fue nombrado gobernador de las islas de ese nombre. El que fuera Eduardo VIII fue también el inventor del nudo de corbata doble que lleva su nombre. Quizás por el aumento del calor, por vivir en zona de costa o por la implosión del informalismo, se ha extendido entre los hombres el uso de este pantalón sobre la rodilla. Si alguien se toma la molestia de contar el número de hombres en bermudas y en pantalón largo cualquier día en la calle Ancha, Nueva o Plocia, verá que ganan por goleada los primeros. No confundir con las calzonas, que se usan para hacer deporte, ni con el bañador, para ir a la playa. Han caído en desuso, afortunadamente, los pantalones piratas, una de las prendas más ridículas creadas por el ser humano. Puestos al habla con el oráculo de la elegancia, Ignacio Casas, aconseja que las bermudas no se usen jamás en los actos sociales, para ir al trabajo o de noche. El ejemplo son los asistentes a los palcos de las carreras de caballos de Sanlúcar, donde el pijerío tiene su epicentro veraniego. Durante mucho tiempo el Partido Comunista aconsejaba a sus dirigentes ir siempre de traje oscuro porque, decía, no se podían permitir que un error en la vestimenta provocase rechazo hacia su ideología y organización. De hecho, si alguno se fija en la bancada comunista del Congreso en 1977, todos iban vestidos igual, salvo Alberti, que llevaba chaqueta vaquera pero, como dice Yélamo, al ser poeta se le podía permitir. En cambio, si recuerdan ustedes las movilizaciones del Metal, todos iban en bermudas aunque no sabían el origen de los pantalones, como el personaje de Moliere que hablaba en prosa sin saberlo. Pijolandia también le tiene puesta la proa a las camisas de manga corta, no se sabe el motivo. Debe ser que es muy sevillano de Los Remedios las camisas de manga larga remangadas dos vueltas. Los aprendices de sevillanos en Cádiz son muy dados a estas normas de vestimenta de la misma forma que pretenden la importación, sin aranceles, de las costumbres de la capital de la autonomía para la Semana Santa e incluso abrieron caseta en la Feria de Jerez con un estrepitoso fracaso. Otra norma emanada del gran Ignacio Casas es que no se pueden enseñar los dedos de los pies, salvo que se usen unas menorquinas, una especie de alpargatas abiertas. La de cosas que aprende uno a poco que se fije. Supongo que en Sotogrande y en Vistahermosa todos irán con pantalón y con camisa de manga larga. Del bermudismo al pantalonlarguismo tenemos disputa para lo que queda de verano.
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