TAL como puso en evidencia el último Barómetro Joly, publicado el pasado mes de octubre, los andaluces coinciden en que el principal problema de la educación es la merma de la autoridad de los profesores en las clases. El proceso del deterioro del ambiente en las aulas arranca de lejos. Durante la Transición se entendió que la disciplina que se aplicaba en los colegios durante el franquismo era a todas luces excesiva, y como otros tantos movimientos pendulares a lo largo de la Historia, se ha pasado del dicho de "la letra con sangre entra" a situaciones intolerables en las que padres de alumnos acuden al centro a amenazar al profesor, cuando no a agredirlo. El presidente andaluz, José Antonio Griñán, ya puso el acento en su discurso de investidura sobre los valores que debe recuperar el sistema educativo: el respeto al profesor y la cultura del esfuerzo, entre otros. Ahora, la Consejería de Educación ha anunciado una reforma de los reglamentos orgánicos de los centros que reforzará la autoridad del profesor, y que contará con una carta de los derechos del docente. La idea parece adecuada, pero el planteamiento aún no se ha concretado y, de momento, más bien parece un alarde voluntarista, cuando no confuso en algunos aspectos. Por ejemplo: Educación mantiene que promoverá ante la Fiscalía que los profesores sean considerados autoridad pública de modo que puedan clasificarse como atentados la intimidación o la agresión de cara a conseguir castigos penales. Sin embargo, la Fiscalía General del Estado ya considera que los docentes de los centros públicos tienen la condición de autoridad a efectos penales, y así consta en una circular que envió a las provincias en diciembre de 2008. No obstante, el Ministerio Público excluye de esta condición a los profesores de los centros concertados y privados, al no ser considerados funcionarios. La Consejería reunirá los próximos días 13 y 14 a la comunidad educativa para comenzar a poner negro sobre blanco estas intenciones. Habrá que esperar a entonces para saber cómo se concreta uno de los instrumentos que necesita la comunidad educativa.

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