AHORA lo entiendo. Ya sé por qué han venido tantos y tantos embajadores en los últimos tiempos a Cádiz desde los países más lejanos y recónditos. No, no era por la cercanía de la celebración del Bicentenario, ni por estrechar lazos con la madre Patria, que siempre queda muy bien. Venían a espiarnos.

Las revelaciones de la web Wikileaks, que está poniendo al descubierto estos días material clasificado del gobierno estadounidense, reflejan cómo se mueven muchos diplomáticos y otros funcionarios dignos protagonistas de la mejor novela de Graham Greene. Seguramente, envuelto en un halo de formalidad, un James Bond caletero habrá indagado también en las cuestiones gaditanas , que Wikileaks acabará mostrando tarde o temprano para gozo de los más cotillas en la tierra cuna de la libertad de expresión. Ese espía que, sin saberlo, ha estado enviando cables desde un café de la plaza de San Juan de Dios, habrá concluído que la alcaldesa "es una agonía, no para de moverse de aquí para allá, lo mismo de Puntales a La Viña que de Cartagena de Indias a Montevideo". En un alarde de descubrimiento informativo, el servicio secreto de su país habrá recibido su información de que "hay un concejal que se queja de que no le puede seguir el paso cuando visita las obras en la ciudad. Creo que usa zapatos 24 horas".

No se limitará la actuación al gobierno municipal. En la plaza de España o en la de San Antonio, los espías a los que Wikileaks va a dejar en evidencia habrán sonsacado (quién sabe a qué precio) que González Cabaña "es el fontanero del PSOE en la provincia de Cádiz" y que "aunque tiene una oposición interna que hace mucho ruido en los medios de comunicación, al final este hombre siempre acaba ganando".

El ejercicio de investigación de los agentes en nuestra provincia se habrá fijado también en los habituales conflictos laborales. "A la mínima ya están cortando carreteras e incendiando barricadas. Los mismos que piden trabajo tiran piedras e insultan. ¿Quién va a querer contratar a un trabajador que hace todo eso?"

Dando por hecho que estas consecuencias, hasta cierto punto lógicas, deben ser puestas en cuarentena, tanto para lo bueno como para lo malo (a ver si ahora resulta que les vamos a hacer caso a lo que dicen de nosotros los imperialistas americanos), detengámonos en una última: "Es la provincia con más paro de España, por lo tanto, la de más paro de Europa. Y, sin embargo, están sus dirigentes políticos todo el día tirándose los trastos a la cabeza unos a otros". Jo, estos espías extranjeros sí que saben.