EL partido de esta tarde huele a Primera. ¿Será eso o es que yo tengo ganas de olerla?. No, de verdad se trata de un partido con solera entre dos equipos que deberían estar más alto. El Levante apunta a ello y el Cádiz está empezando a ilusionarse con la llegada de Víctor Espárrago. La semana pasada un trabajado empate, otra vez con uno menos. He podido leer por algún sitio que al Cádiz le empiezan a llamar ya "El Gran Hermano", porque cada semana le expulsan a uno. Sería interesante saber cuántos puntos más tendría el Cádiz sin esas expulsiones. A lo mejor estaríamos en la pelea de arriba y no pasando más dificultades que Falete para meterse en un traje de neopreno.

Pero dejémonos de hipótesis y vamos a lo que vamos. El otro día le leí a mi compañero Manolo Santander que había vuelto a ilusionarse con el Cádiz de esta temporada. Ese es el gran logro de Víctor Espárrago, más allá de conseguir punto arriba o punto abajo en tres partidos. En esos tres encuentros hemos pasado de considerar la siesta del domingo como una alternativa muy seria a los partidos del Carranza a empezar a ver otra vez la botella medio llena. No era fácil ese cambio en tan poco tiempo. A ver hoy qué pasa contra los levantinos.

Parece que nuestro rival viene con prisas. Llegan hoy en chárter y se van tras el partido de nuevo en avión. Solo les falta hacer el calentamiento en el mostrador de facturación y vestirse en la maniobra de aterrizaje. Esperemos que el trajín les pase factura y tengan el día tonto. De lo contrario me temo que el partido va a estar reñido. Un equipo que a estas alturas está en quinta posición en la tabla es que algo estará haciendo bien. Y como nosotros también estamos empezando a hacerlo pues se prevé un igualado duelo.

¿Hasta dónde puede llegar este Cádiz de la mano de Espárrago?. No lo sé, me imagino que dependerá de enlazar tres o cuatro buenos resultados consecutivos y que los jugadores se lo crean. Sin ir más lejos, ganando esta tarde al Levante nos pondríamos a seis puntos de ellos. La liga es larga y sumando de tres en tres no hay retos imposibles. Espero que la afición responda esta tarde, que con Tribuna vacía el público estará menos disperso para apoyar al equipo. Aprovechemos el partido de hoy en este sentido, porque a Córdoba, con la monería de poner el partido a la misma hora de la Final del Falla, van a ir menos gente que al bautizo de Adán.

Yo tengo hoy mi ración de ilusión. Confío en que el proyecto de Espárrago se siga fraguando poquito a poco. Como mal menor parece que ese fantasma de vagabundear por los bajos fondos de la tabla se va desvaneciendo. Una vez conseguida esa estabilidad habría que pensar en objetivos mayores, siempre paso a paso.

Hoy no coincidimos con el Falla, así que vamos a asegurarnos los puntitos necesarios para ver si nos podemos meter en semifinales del concurso liguero. El Cádiz de este año no parece que vaya a dar el pelotazo pero por lo menos, si no está para la final, al menos que deje un buen sabor de boca.