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El balcón

Ignacio / Martínez

Vodevil europeo

TENGO un amigo que de vez en cuando hace el chiste de que la Unión Europea nunca tendrá suficiente peso en el mundo, porque carece de algunas cosas fundamentales para lograrlo: por ejemplo no tiene guardia de honores, con el lustre que da recibir a cualquier visitante ilustre con caballos, penachos, fanfarrias y demás. Tampoco tiene servicios secretos, imprescindibles en la vida moderna, con la última tecnología.

Ayer me acordaba de esta chanza ante el bochornoso espectáculo de los países europeos, impidiendo el paso del avión presidencial boliviano. Por decirlo con las palabras del ministro español de Exteriores: los americanos les dijeron que Snowden iba en el avión de Evo Morales y se lo creyeron. Boicot de Portugal, Italia, Francia y España. Después los bolivianos les dijeron que no iba ¡y se lo volvieron a creer! La guardia de honores puede esperar, pero urge tener servicios secretos propios en la UE.

El técnico de la CIA es el enemigo público número uno de Estados Unidos. Su traición ha sido contarle al mundo que el Gobierno americano nos espía. No es que hagan un seguimiento a cualquier llamada de un sospechoso de terrorismo. No. Tenían puestos micrófonos en edificios de la Unión Europea para enterarse, como quien no quiere la cosa, de estrategias negociadoras en asuntos comerciales de los que somos competidores. Lo que nos lleva a dos conclusiones: Obama es un presidente americano corriente y moliente, lejos de la gran esperanza negra de hace cinco años. Nos espía y nos engaña a voluntad, el tío. Y nosotros, los de este lado del Atlántico, somos unos pardillos.

Como ha dicho Felipe González, más allá de la opinión que se tenga de Morales, esto no es de recibo. Es un vodevil. En Europa recibimos sin apuro, con todo tipo de honores, a dictadores como Gadafi o a mandatarios chinos de todo pelaje. Y Morales será indigenista y antiimperialista, y nos tocará las narices con expropiaciones que nos pueden parecer ilegales e injustas, pero es un presidente legalmente elegido. Y, para mayor escarnio, ¡Snowden no iba en el avión!

Ayer el presidente del Parlamento Europeo resumió muy bien el embrollo. Los americanos nos piden que capturemos a un hombre que se ha saltado unas reglas. Pero resulta que su actuación ha desvelado que EE UU incumplía una serie de reglas con nosotros. Un dilema que un servidor zanja a favor del perseguido. El año que viene se cumplen 25 desde la caída del Muro de Berlín. Va siendo hora de que Europa deje de ser un protectorado militar americano. (España al final hizo lo correcto. Más vale tarde que nunca).

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