CÁDIZ cuenta con diversas tradiciones festivas. Algunas de ellas, como el Carnaval ha traspasado las fronteras locales consolidando su buena fama; la Semana Santa por otra parte ha cobrado un inusitado auge en los últimos años, pasando a ser una de las celebraciones pasionales más brillantes de Andalucía, con personalidad propia. Los Tosantos vienen manteniendo prácticamente el esplendor de otros años. Los próximos Juanillos han superado yo creo, lo que eran unas expansiones más bien juveniles e infantiles propias del inicio del verano, en la tarde-noche de la víspera de San Juan. La Velada de los Angeles, la espléndida celebración veraniega de otra época ha desaparecido totalmente a pesar de algunos intentos por mantenerla en los que parecían más bien remedos impresentables de una feria algo totalmente ajeno a nuestro ambiente y que , por añadidura, no tenía nada que ver con aquella suntuosa celebración festiva.

Y nos queda el Corpus, la que en otros tiempos fue la fiesta más gaditana y más entrañable. Por encima, incluso de las otras fiestas. ¿Quién con cierta edad no recuerda sobre todo aquella mañana del Corpus? El ambiente que vivía la ciudad era inenarrable. Todo el mundo estrenaba ese día, lo que contribuía al esplendor de la jornada. Las celebraciones empezaban el miércoles anterior al jueves, uno de los tres que relucían más que el sol, según el refrán popular, y duraban hasta el domingo siguiente. Iluminación extraordinaria con aquellos inefables adornos de don Antonio Accame, conciertos... etc. Y, desde luego, la solemnísima procesión, como centro y culminación de todo. Las notas retrospectivas de este Diario nos hablan de pompa y solemnidad. Desde luego es lo que yo recuerdo. Parecía que en los últimos años se venía recuperando la brillantez de la procesión eucarística, además de cierto ambiente festivo, pero este año ha estado todo deslucido. ¿Tal vez por la lluvia? ¿Quizás por la desorganización y falta de algunos elemento en el cortejo? Yo pude verlo en la calle Santiago acompañado por mi familia que, por cierto íbamos estrenando alguna prenda, sobre todo mi mujer, que lo estrenaba todo. Pero por lo visto a mucha gente todo esto del Corpus les parece algo ya pasado de moda olvidándose de la tradición de siglos de esta celebración tan gaditana... Ojalá que el próximo año podamos disfrutar de su recuperación por lo menos en parte.