Crónica Personal

Pilar / cernuda

Y Seguridad privada

LOS yihadistas buscan adeptos en la red, a través de diferentes páginas de internet captan seguidores, preparan viajes de incorporación a sus filas, enseñan las técnicas rudimentarias de asesinato y hacen llamamientos a matar a quien se ponga a tiro. Quien dice tiro dice ser degollado antes de darse cuenta, ser víctima de un ametrallamiento indiscriminado o de un coche-bomba conducido por un suicida.

Con esa capacidad inconmensurable de llegar a todos los confines del mundo, es evidente que hay que ir más allá de donde llegan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, incluidos los ejércitos. En eso están los países que luchan contra cualquier fórmula de terrorismo islamista, llámese IS, Al Qaeda, Boko Haram o las muchas franquicias de las siglas y nombres que hielan la sangre. La cooperación internacional es básica, y en ella participan la mayoría de los países musulmanes, que sufren también las consecuencias de un terrorismo que se ha convertido en el principal problema a abordar.

Las autoridades españolas, que han dado prioridad a la lucha contra la Yihad, y han conseguido que los españoles incorporados al IS son muchos menos que los franceses, británicos, holandeses o belgas que han llegado hasta Siria e Iraq, han pedido a las empresas de seguridad privada que colaboren en la medida de sus posibilidades en la pelea contra estos criminales.

Se calcula que unos 300.000 españoles realizan labores de vigilancia en edificios emblemáticos, empresas, centros culturales o de ocio, que si bien no cuentan con la preparación necesaria para investigar redes terroristas o localización de alguno de sus miembros más peligrosos, sí tienen oídos y ojos con los que detectar movimientos sospechosos y escuchar frases que merecen ser analizadas, por no hablar de que podrían incluso recibir algún tipo de formación especial para actuar en el caso de que se tuvieran que enfrentar con un terrorista o alguien sospechoso de ser terrorista. Miembros de esas empresas de seguridad privada han mantenido encuentros con los máximos responsables de Policía y Guardia Civil en la lucha contra los yihadistas.

Se trata además de empresas de seguridad que en muchos casos cuentan con filiales en otros países, lo que amplía el abanico de la colaboración entre fuerzas de seguridad de distintas latitudes, bien a través de contactos bilaterales o de organismos como la Interpol.

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