Y A llegó la primavera en su esplendor, algunos días sueltos de vacaciones y una oportunidad para descubrir rincones fuera de las mayoristas de las agencias de viajes. Tomando carretera y manta desde aquí, o alquilando un coche tras un viaje en avión o tren, aquí van dos de las primeras recomendaciones, dos destinos que ya de por sí merecen un largo desplazamiento.

Comenzamos por Rupit (foto de arriba), en la provincia de Barcelona, el pueblo más bonito del interior de Cataluña (y eso que tiene bastante competencia en los Pirineos), en la comarca de Osona, la encabezada por la localidad de Vic, en los límites con Gerona. El nombre completo del municipio es Rupit y Pruit, ya que son dos poblaciones. La tranquila Rupit, con unos 400 habitates, está sumergida entre las montañas de la sierra de Collsacabra y precisamente su nombre, de "rupes" (rocas, en latín), se debe a este abrigo entre los peñascos. El pueblo medieval, con un casco cuidadosamente conservado, está presidido por un castillo y entre las apretadas y empinadas calles se llega a la plaza mayor, recreada en el Pueblo Español que se puede visitar en la capital catalana. Si se anima a hacer senderismo, a unos kilómetros se llega al espectacular Salto de Sallent. Para curiosear en internet, www.rupitipruit.cat, y para alojarse: www.hostalestrella.com.

Albarracín, foto de abajo, www.albarracin.org, al sur de la provincia de Teruel, en el escarpado vértice entre Cuenca y Valencia, es un pueblo tan pintoresco como fortificado ante los enemigos de otros siglos. Su nombre es en honor dela familia Aben Razin y llegó a disfrutar de su independencia como taifa incluso cuando estaba rodeado por castellanos y aragoneses. Con una catedral, apenas tiene mil habitantes este laberinto encaramado. Para alojarse, la Casona del Ajimez (www.casonadelajimez.com).