EN apenas dos semanas, el Cádiz ha pasado de tener aspiraciones de cazar al líder a mirar al quinto clasificado con preocupación. Después de aquella racha de cuatro victorias consecutivas que comenzó en Murcia (con la que Claudio salvó el puesto y volvieron las ilusiones al cadismo), hemos regresado a la decepción. Dos salidas consecutivas, para jugar contra el Betis B y la Balona, con un saldo lamentable de cero puntos. Y con la sensación de que este Cádiz no es fiable. En La Línea, como pasó ante el filial del Betis, se pusieron 0-1 y terminaron perdiendo.

Será casualidad, pero desde que se ha lesionado Salvi no ha ganado un solo punto el Cádiz. Aunque el extremo no sea Messi ni Cristiano Ronaldo, es de los pocos jugadores de esta plantilla capaz de correr durante un partido completo, sin jugar andando más de la mitad del tiempo. Pero lo peor no es sólo su ausencia, a modo de talismán, o de lo que sea, sino la incapacidad defensiva del Cádiz, agravada desde que se fue Garrido sin causa justificable.

Ante una Balona que demasiado hace con mantener el tipo en Segunda B, con una plantilla cada vez más precaria, el Cádiz era claro favorito. Además de la baja de Salvi, tampoco estaba Aridane, otra circunstancia que se nota en las derrotas. Y ante la baja de Andrés, por sanción, volvía Pávez, cuya prestación como lateral de marcaje es bastante discutible. Jugó como titular Jandro, futbolista veterano cuya aportación sigue sin dar el nivel que se esperaba. Con esas rémoras, partía el Cádiz.

A pesar de las bajas importantes, como sucedió ante el filial del Betis, se puso por delante el Cádiz con un gol de Güiza. Decían que no marcaba fuera. Pues bien, ya ha marcado dos veces seguidas, adelantando en ambas al equipo, y se han perdido los dos partidos. Con ello se confirma que el problema mayor es la nulidad atrás para mantener un resultado. Ya ha pasado varias veces.

En La Línea, después de que Güiza marcó a la media hora, tardaron menos de tres minutos en empatarles, con un gol de Stoichkov. No aquel búlgaro famoso, sino este muchacho de la Balona, que es más modesto. En la primera parte, había sacado el Cádiz hasta 10 saques de esquina, sin que remataran ninguno con peligro. A ver si lo siguen ensayando, que con David Sánchez parecía resuelto ese problema. Parecía…

En la segunda parte, se suponía que el partido estaba para un 1-1 que ya era insatisfactorio. Sin embargo, Juampe marcó el 2-1, a falta de un cuarto de hora. Una derrota dolorosa. Los cambios fueron: todavía con empate, se va Güiza y entra Calvo. Al encajar el segundo gol, se va Pávez y entra Despotovic. A falta de 10 minutos, buscando la igualada, se va David Sánchez y entra Mantecón. Conclusión: para nada.

Los próximos rivales en Carranza serán el Sevilla Atlético y el UCAM de Murcia. Atención a lo que puede pasar, pues la confianza en este Cádiz está de nuevo seriamente cuestionada. Más aún después de ver que algunos fichajes de invierno no terminan de despuntar, por no decir que apuntan a paquetería colada con habilidad. A ver si se adaptan. Menos mal que no les falta experiencia.