Fiestas Todas las ferias en la provincia de Cádiz para este mayo de 2024

Eran tres británicos, una australiana, un norteamericano, un polaco y un palestino. Después de seis meses de atacar Gaza y matar decenas de miles de niños, mujeres o civiles no combatientes, los siete muertos de la oenegé World Central Kitchen, fundada por el chef José Andrés, han provocado al primer ministro Netanyahu el primer conflicto con Estados Unidos. Biden perderá la Presidencia el 5 de noviembre si no lo votan los demócratas izquierdistas. En febrero tuvo una advertencia en las primarias de Michigan, con cien mil papeletas en blanco. Su llamada a Netanyahu para pedirle respeto al derecho humanitario supone una quiebra para la solución final que el gobierno sionista inició tras el salvaje ataque terrorista de Hamas de octubre.

A la destrucción sistemática de infraestructuras, servicios y habitantes ha seguido una hambruna que afecta a un millón de personas, a las que no llega la solidaridad internacional. La entrada de ayuda alimentaria a Gaza por tierra desde Egipto ha sido bloqueada por el ejército israelí. Soluciones voluntaristas por mar de Open Arms o WCK han tenido como desenlace el bombardeo del martes con tres misiles a un convoy humanitario acreditado e identificado. José Andrés acusa a Israel de matar a los cooperantes de manera deliberada y de librar una guerra contra la humanidad, no contra el terrorismo.

El atentado ha coincidido con la gira del presidente español por Jordania, Arabia Saudita y Catar. España, Bélgica, Irlanda, Eslovenia y Malta están de acuerdo en reconocer al estado palestino en breve. Un Consejo de la UE desunido es partidario de promover una conferencia de paz como la celebrada en Madrid en 1991. En contradicción con lo que él mismo prometió a Arafat en 2000, el expresidente Aznar está en contra de reconocer a Palestina, “porque eso no existe”. Tiene un problema con la verdad. El líder de la derecha española propició la Guerra de Irak de 2003, por unas armas de destrucción masiva que no existían, y quiso atribuir a ETA los crueles atentados yihadistas contra los trenes de Atocha en marzo de 2004.

La partición de Palestina, existe. Es la resolución 181 de Naciones Unidas de 1947, que establecía un estado judío de 14.000 kilómetros cuadrados (extensión de la provincia de Sevilla) y un estado árabe de 11.500 (mil menos que Granada). 75 años después, Israel ocupa todo el territorio, siete millones de judíos viven allí, y siete millones de palestinos son refugiados o desplazados. Una injusticia que no se repara negándola, ni exterminando a los débiles, ni declarando non grata a la ONU. Israel invoca el derecho a su existencia y a una legítima defensa. Pero ya existe como estado reconocido, aunque no por países árabes, y está a su lado la primera potencia militar del mundo. Reclama lo que ya tiene. Palestina necesita lo mismo.

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