EN la época de Carlos Díaz se le encargo a la arquitecta Teresa Bonilla la redacción de un documento sobre la reordenación del frente marítimo. 25 años después casi no hemos avanzado nada. Las grandes oportunidades de la ciudad están todas en el borde litoral de la Bahía, como señalaba Bonilla. Desde la Punta San Felipe hasta el Polígono de Levante siguen existiendo las únicas oportunidades para Cádiz. Ahora el puerto realiza su Plan Estratégico, coincidiendo con los últimos trabajos de la nueva terminal de contenedores y del túnel que conectará la terminal con la carretera industrial y el nuevo puente. En el documento se contempla la retirada de la verja y la cesión a la ciudad de 30 hectáreas en el Reina Sofía, justo todo lo que negó ese añorado gestor que fue Rafael Barra. Ahora es el momento de abordar la Gran Plaza del Mar que propuso Rafael Román para ejecutarla junto con el plan Plaza de Sevilla, proyecto este último que acumula 10 años de retraso. El retranqueo de la verja y los suelos ociosos de Reina Sofía serán la gran oportunidad de expansión de la ciudad para los próximos 30 años. Conviene recordar aquí que cuando se hizo el relleno para el Reina Sofía muchos advirtieron de que era una locura, pero no fueron tenidos en cuenta, con especial mención al recordado Jaime Pérez Llorca. El tiempo les ha dado la razón porque ese suelo ya no sirve.

Toda esta zona de la ciudad junto con el Polígono Exterior de la Zona Franca son las oportunidades que le quedan a Cádiz para reordenar la ciudad , crear empresas e infraestructuras que garanticen el futuro. El espacio entre Canalejas y la lámina de agua debería quedar abierto a los peatones para lo que es necesario soterrar el tráfico tal y como propuso González Fustegueras, así el acceso al puerto desde la ciudad sería directo y amable con lo que sería un lugar para el ocio como ocurre en Barcelona, Málaga, Londres, Oslo, Buenos Aires y tantas otras ciudades que ya han resuelto de manera adecuada la relación puerto ciudad. Es un momento adecuado para iniciar las actuaciones que serán lentas, como todo en esta ciudad, y costosas pero que darán importantes frutos en el futuro.

Sabemos lo que opina el alcalde del Cádiz, la Semana Santa , el carnaval, la crisis griega y la de los refugiados pero tenemos la mala suerte y todavía no nos ha dicho lo que opina sobre otras cuestiones para las que no ha tenido tiempo aún. Igual hay que sacar a la calle una mesa petitoria para conocer la voz del pueblo.