Nadie se acuerda del Tiempo Libre

Era un desperdicio a la vera de la playa Victoria, algo incomprensible, que en cualquier ciudad no se consentiría

La residencia del Tiempo Libre formaba parte del catálogo de proyectos imposibles de la Junta de Andalucía en Cádiz, junto al Hospital de Puntales y la Ciudad de la Justicia en el solar de Tolosa Latour. El edificio abandonado del Tiempo Libre dio mucho juego para mis artículos en esta sección, para reportajes de José Antonio Hidalgo y otros compañeros, para las lamentaciones típicas gaditanas. Era un desperdicio, a la vera de la playa Victoria, algo incomprensible, que en cualquier ciudad turística no se consentiría. ¿Alguien se imaginaba un mamarracho semejante en Málaga? Pasaban los años, y allí seguía la antigua residencia abandonada, con aluminosis, según decían unos y negaban otros.

Entonces aparecieron los defensores de lo público y los hostigadores de lo privado. Martín Vila y otros de su gremio. Pedían que aquello siguiera como una residencia del Tiempo Libre. Este era un concepto arcaico. En síntesis, consistía en que todos los andaluces le subvencionasen las vacaciones a una minoría de andaluces que veraneaba a precio de saldo en las residencias de la Junta. Esto era impropio de un régimen democrático, donde cada cual se paga sus vacaciones. Y donde los recursos comunes se pueden aplicar a fines más nobles, como la sanidad pública, la educación pública, el transporte público… Pero no al turismo público de unos cuantos.

Una vez más se ha visto que convenía hacer lo contrario de lo que defendieron Kichi y Martín Vila. La Junta de Andalucía sacó a concurso la residencia del Tiempo Libre. Ahora es el hotel Cádiz Bahía, de cuatro estrellas, gestionado por Q Hoteles, que ya está abierto. Un poco después de lo previsto, pero mucho antes que los proyectos públicos de la Junta y el Ayuntamiento. La consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos (¡ojo al título !) lo ha visitado y ha destacado que es un ejemplo de la colaboración público-privada. Carolina España es de origen malagueño y entiende el turismo de playa como es debido, no con el dogmatismo marxiano anticapi del Estado es mi papá y mi mamá que me lo solucionan todo. El proyecto de Q Hoteles fue subvencionado, pero se ha llevado adelante y ha permitido dar empleo a 1.300 trabajadores durante su reconstrucción, además de distracción a los parados y jubilados que contemplaban las obras. Además de otros 100 empleos y nuevos negocios en sus bajos. Incluso hay una nueva callejuela entre el Paseo Marítimo y Muñoz Arenillas, ese general al que no le han quitado su calle.

El Tiempo Libre pasó a la historia. Nadie lo echa en falta.

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