El palillero

José Joaquín León

El Museo

En Cádiz también hay un museo al que se le podría sacar más partido. No me refiero al Museo del Carnaval, también conocido como el Museo del Cachondeo Popular, o Museo del Ya te Veré. Este lugar de exposiciones, si alguna vez Teófila corta la cinta inaugural, servirá de magnánimo atractivo para los amantes de nuestra fiesta más famosa, pero el museo que Cádiz debe aprovechar como se merece es El Museo propiamente dicho, el de la Plaza Mina.

Aunque fuera no es conocido como se merece, está bastante bien. Si en otra ciudad tuvieran los sarcófagos fenicios, ya constituiría en sí mismo un centro de peregrinación laica. No en todas las ciudades tienen restos fenicios, que proceden de un pueblo tela de viejo. Cádiz, la más antigua de Occidente, no ha apostado a tope por su vejez, que es otra de sus glorias básicas, como la de ser cuna de la Libertad. Y todo ello sin olvidarnos de que la pinacoteca de la plaza Mina es excelente, con obras maestras de Zurbarán, por citar un ejemplo.

Las obras de ampliación previstas con la incorporación de la antigua Casa de Pinillos ofrecen una oportunidad excelente. Los proyectos del director, Juan Alonso de la Sierra, para organizar nuevas actividades también ayudarán. Pero María Teresa Fernández de la Vega, Gaspar Zarrías y Teófila Martínez, como máximos responsables de las inversiones previstas para el Bicentenario, no deben perder de vista que si la rehabilitación del castillo de San Sebastián es necesaria, aunque costará un pico y parte del otro, la ampliación del Museo debe servir para promocionarlo como un centro de referencia que sea en sí mismo un atractivo básico para el turismo.

Para eso hay que difundir sus virtudes, saberlo vender, pero no en los Fitur y ese tipo de ferias turísticas chuminosas donde acuden los políticos a hacerse fotos. A la hora de plantearse por qué tipo de turismo apostamos, considerando que el Bicentenario será una oportunidad, nos debemos fijar en ciudades cercanas como Sevilla y Granada. Cádiz no tiene ni una Giralda, ni una Alhambra, pero sí otros atractivos culturales que merecen un mejor aprovechamiento. El Museo es un claro ejemplo.

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