Crónica levantisca

Juan Manuel / Marqués Perales

Morado Podemos

16 de enero 2015 - 01:00

HAY un morado Podemos y hay un morado nazareno, y gracias a la dirigente de Iglesias en Sevilla, que se llama Begoña Gutiérrez, los violetas se han fundido en una reconciliación de la vanguardia y la tradición. Sergio Pascual, que es el tercero de Podemos, ha revelado que fue costalero de los Estudiantes en Sevilla, que siente la pasión y que, de someter a referéndum, sólo preguntaría a los ciudadanos por la instalación de palcos en la carrera oficial. Aunque me siento ciudadano, prefiero que no me interroguen por asuntos tan complicados, la verdad, pero los de Podemos se han lanzado a tal campaña de desagravio que no me extrañaría que Pablo Iglesias se vistiese mañana en su mitin de Sevilla con su camiseta morada y un cordón amarillo. Teresa Rodríguez, que será la candidata de Podemos a la Junta, declara que su partido respeta las manifestaciones religiosas y culturales como la Semana Santa. Y así uno tras otro, y es que a la tal Gutiérrez se le ocurrió comentar que su formación podría preguntar a los sevillanos por la semana de pasión. Sí o no.

La polémica, y a Dios pongo por testigo que la tal Gutiérrez la ha liado, me sugiere dos temores. El primero, que el partido de las plazas, el de los ciudadanos, el de las asambleas y el de la democracia popular no sabe, de verdad, qué opina y cómo siente la llamada gente de la calle, que en teoría es su objetivo electoral. A nadie con dos pies sobre el acerado y que aspira a tener proyección pública se le ocurriría adelantar que preguntará a los sevillanos por tal cuestión. Entre otras razones, porque lo manifiestan cada primavera.

Y segundo, aún causa más asombro la reacción, la susceptibilidad, casi la impostada indignación ante unas manifestaciones, la de la tal Begoña Gutiérrez, que, en el peor de los casos, son ñoñas de manual. No pone nada en cuestión, sólo que preguntará a los ciudadanos, porque Podemos, ya se sabe, lo preguntará todo: cómo sacar al país de la crisis, cómo reordenar la deuda, cómo subir las jubilaciones, cómo ordenar territorialmente al país. Vamos a tener que estudiar más que un notario.

Esta hipersensibilidad hacia nuestra cultura popular me trae confuso. En Cádiz, al parecer, se están llevando las manos a la cabeza porque una empresa turística granadina utiliza el sexo y el alcohol como reclamo para llevar gente al Carnaval. ¿Sexo y alcohol? Por favor, si la noche del sábado de Carnaval nunca ha tenido nada que ver con eso. Ay, Doña Cuaresma, qué barbaridades se oyen y se leen.

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