Cateto a babor

pepe / monforte

Mercados gastronómicos

LOS mercados gastronómicos han sido una gran idea y le están viniendo de maravilla a las plazas de abastos, una figura que, afortunadamente se recupera.

No cabe duda de que el rincón gastronómico del mercado de abastos de Cádiz ha revitalizado no sólo la plaza sino que también el entorno se anima. Es algo, además, que le viene bien al casco antiguo porque, al estar este mercado en todo el centro, esto atrae al público y los visitantes hasta el mismo corazón de la ciudad.

También está funcionando bien el del Vejer y ahora hay unos cuantos proyectos más en la provincia intentando concretarse. El primer riesgo que veo es que al final, si termina habiendo este tipo de mercados en todas las ciudades, es que la oferta se sature y ya deje de ser una novedad.

Si encuentro en otro sitio lo que tengo en casa, para qué voy a ir. El segundo gran riesgo que veo es la entrada en estos negocios de grandes empresas que hablan ya un lenguaje "rarito" de "Ibex 35" a la hora de presentar estos mercados. Los oigo hablar de que buscan "operadores", y yo, como cateto, me pregunto si buscarán médicos para diseccionar las urtas y las mojarras en vez de charcuteros, pescaderos y gente dispuesta a montar un bar, que es lo que va en estos sitios.

Veo cierto riesgo de que en estos sitios, hasta ahora con una oferta "auténtica" como ocurre en Cádiz con pequeños comerciantes que ofrecen productos elaborados por ellos mismos, lo que se asienten sean "operadores" que traen croquetas congelatis, jamón de chimichundi envasado al vacío, gambas "momia" de lo tiesas que están, hamburguesas de carne pelopelótrica y patatitas de estas paja para adornar, que se están convirtiendo en una manera de rellenar platos a lo chungo que avanza con cierta fuerza. En definitiva sitios de mucho lirili y poco lerele.

El éxito de estos espacios, al menos en sus orígenes, está en que ofrezcan comida de calidad, artesana, que es lo que uno espera encontrar en un mercado de abastos y en el momento que se conviertan en una especie de centro comercial con franquicias eso dejará de tener atractivo y nos habremos cargado una buena idea.

Creo que no hay que precipitarse en llenar la provincia de mercados gastronómicos y si se hace, apostar por proyectos que no rompan con la idea de los mercados de abastos, la artesanía y el pequeño comercio. Lo otro, apostar por el tres por dos, pero en croqueta y el todo congelati no nos vendrá bien. Cada día viene más gente a la provincia buscando la magnífica gastronomía que se le ofrece y lo que más valoran es que es "auténtica", sin pamplinas, diferente, aún salvaje. Apliquemos el mismo cuento a los mercados gastronómicos. Los operadores, mejor en los hospitales.

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