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El Palillero

José Joaquín / león

Marginación de Pemán

RESULTA anecdótico que una alcaldesa recién llegada, que alcanzó la fama efímera por un detalle de sus pies, haya protagonizado el incidente del busto de Pemán en el Teatro Villamarta, de Jerez. Lo preocupante y grave no es eso, sino la marginación de la figura de José María Pemán. Con el tiempo, se le ha castigado como escritor y como político. No es sólo por ignorancia, sino por una premeditada mala fe. Pemán no está olvidado, sino que Pemán ha sido marginado, a conciencia, por quienes lo han manipulado y lo han presentado como un símbolo de la carcundia política y una antigualla literaria. Ha sido tratado como un enemigo.

La obra literaria de José María Pemán es hoy casi imposible de encontrar, excepto que haya suerte en alguna librería de ocasión y aparezca algún ejemplar desvencijado. Como recordaba el pasado sábado José Ramón del Río, el Grupo Joly publicó en 2006 una antología para una Biblioteca Pemán, con ocho libros, bajo la edición y selección de la profesora Ana Sofía Pérez-Bustamante, que incluían tres de memorias, dos de teatro y uno de poesía, narrativa y artículos, respectivamente. Sin embargo, las editoriales de los grandes grupos literarios nacionales han dejado de reeditar a Pemán, al que tampoco se estudia.

Destacó en casi todas las facetas literarias. En las memorias fue un maestro. En los artículos era un referente de su tiempo, admirado incluso por articulistas de izquierda, como Umbral. Como autor de teatro fue de los más representados, aunque sus temas no sean de los que hoy están de moda. Como narrador quizá tenga menos interés. Pero como poeta fue de los mejores de su tiempo. Pemán es un clásico, con una poesía que se lee hoy con plena validez, aunque no estuvo en las vanguardias.

La marginación de Pemán se debe más a la política que a la literatura. Y, en consecuencia, es un represaliado. Resulta muy injusto. El último Pemán no tenía las mismas ideas políticas que el de los años 30. El monárquico Pemán se abrazó con el comunista Alberti, al que intentó recuperar del exilio cuando aún vivía Franco. Pemán creyó en una monarquía parlamentaria, y fue presidente del Consejo de Don Juan, cuando algunos fundadores de UCD todavía iban con camisa azul. Pemán fue de los primeros que habló de libertad en la España de la posguerra, cuando unos defendían la dictadura de Franco y otros querían la dictadura del proletariado. Con la Transición, Pemán fue sacrificado, como otros que buscaron la reconciliación de las dos Españas.

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