Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

fERNANDO / SANTIAGO

Geriátrico

NO sé por qué la gente ve mal que envejezca la población de Cádiz. Yo nada más que le veo cosas buenas. La gente joven nada más que hace formar ruido y ensuciar las calles: botellones, angangos, grupos de jóvenes cantando por Juan Carlos Aragón en las plazas, motos a toda pastilla por las calles (incluidas peatonales), comparsistas, cargadores, cadistas y toda esa parafernalia que supone una losa. En cambio, tener Cádiz llena de gente mayor nada más que tiene ventajas. El único inconveniente, si acaso, es que el Ayuntamiento siga con esa idea de los desayunos o las meriendas "para mayores", pero hasta eso supone un importante impacto en la hostelería porque hay que pagar los cafés y los bollos.

La gente mayor no hace ruido, lo que es verdaderamente importante. Una ciudad silenciosa, sin gritos, sin motores, sin estridencias. Una paz y una tranquilidad extraordinarias. Encima tiene un componente económico porque harían falta gran cantidad de médicos, enfermeras, cuidadores, auxiliares geriátricos. Y el aspecto cultural con la llegada de toda una legión de sudamericanas para empujar los carritos. No sé si ustedes habrán visto esa edulcorada película de moda, Intocable: ese sería el futuro de Cádiz , un señor con dinero y distinción rodeado de mucha gente cuidándole y un negrito para empujar la silla de ruedas. Cádiz sería conocida por su paz y su tranquilidad. Vendría gente de toda España a vivir entre nosotros, como ocurre ahora en Florida, uno de los estados más prósperos de los EEUU gracias a la gran cantidad de jubilados que se han ido allí de todo el país atraídos por el clima. Vendrían ancianos de toda Europa y eso supondría una industria sin precedentes. Perderíamos los gritos de los octavillitas y la pesadez de los cadistas dando la brasa con el Submarino Amarillo. No habría concurso de carnaval porque no habría jóvenes con la voz aflautada destrozándonos los tímpanos a nosotros y a la buena imagen de la ciudad. Quizás dejaríamos de ser ciudad que sonríe pero seríamos otra vez tacita de plata porque los viejos, está demostrado, ensucian menos que los jóvenes. No habría barbacoas en la playa, con el rollazo que es eso y lo mal que lo dejan todo. No habría botellones, ni discotecas, ni bares de copas. En vez de colegios e institutos habría centros de día y hogares del pensionista, que son mucho mejores, dónde va a parar.

La industria médica y de ayuda a la dependencia sería la primera fuente de empleo en la ciudad, lo cual tampoco es ningún problema. Habría más farmacias, más consultas, más clínicas y más hospitales. Habría que adaptar las aceras para eliminar todas las barreras arquitectónicas , poner taxis adaptados y cosas por el estilo. No sé dónde está el problema. Yo nada más que veo beneficios.

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