LAS bajas de la selección española de baloncesto para el Eurobásket que arranca hoy son cosa seria, ya que pierde a los pilares de sus últimos éxitos: esa vieja guardia, antaño juniors de oro, liderados por Pau Gasol y Juan Carlos Navarro. Sin embargo, el combinado español sigue siendo favorito, ya que si son importantes sus ausencias, más aún lo son las que sufren el resto de selecciones.

El equipo que liderará el mediano de los Gasol, nombrado este año mejor defensor de la NBA, tiene a muchos de los jugadores que han formado parte de estos últimos éxitos, como Calderón, Rudy, Ricky o el peleón San Emeterio, y recupera a Mumbrú, para asombro de muchos. Perfectamente podría competir con las selecciones francesa, rusa o cualquiera de las balcánicas (por nombrar algunas de las más potentes) partiendo en una ligera desventaja si acaso. Pero resulta que a los más fuertes de los 24 equipos del campeonato también se les han caído jugadores esenciales de la convocatoria por diferentes razones. No es lo mismo una Francia sin Parker, una Rusia sin Kirilenko ni Eslovenia sin Lorbek, por citar algunos casos. Y la selección parece prometérselas felices, pescando en río revuelto.

Sin embargo, no hay que cantar victoria aún. Si algo augura esta plaga de bajas es que la competición será más igualada, dada la falta de jugadores tan definitivos como puedan ser Pau, Parker o Kirilenko, y en el resultado influirán más de lo normal las revelaciones, que no tendrán enfrente a esos gigantes del baloncesto.

Y hay una seria duda que se cierne sobre el combinado español. Mientras en anteriores citas Pau y Navarro han tirado del carro, ahora les toca a Marc, Calderón y Rudy, jugadores que a su lado han estado en la segunda fila. El primero ha demostrado en los Grizzlies ser capaz de mucho. Pero habrá que ver si saben dar un paso adelante y cumplir con el cartel de favoritos.