TRIBUNA LIBRE

María Luisa / Guerra / Delegada Municipal De La Mujer

Faltar a la verdad

La cara alta y la voz fuerte, luz y taquígrafos son los atributos que caracterizan a un demócrata que lucha por su pueblo. Por ello no puedo ni quiero quedarme impasible ante gente que falta a la verdad como la señora Serrano.

Se supone que alguien que adquiere el compromiso de dirigir una Delegación como la de la Mujer ha de hacer eso, dirigir un programa, y que el papel, importantísimo, de los técnicos de la administración local (entre las cuales se encontraba usted) debe ser el de dar forma a ese proyecto, poniendo de sí todo el empeño y facultades a las que su formación le capacita.

Pues bien, señora Serrano, usted jamás hizo eso; era usted la que dirigía la Delegación de la Mujer, ya que la delegada socialista no pasaba de las "papas con chocos" de la Feria, aunque asentía a todo.

Era usted, señora Serrano, la que pasaba por su rodillo todo cuanto allí sucedía y sin embargo, cuando habla usted de mí, hace referencia al "ordeno y mando".

Para los que no lo sepan, era usted la que contrataba a su antojo (por supuesto a empresas de su color) y daba subvenciones a su antojo, y sin embargo habla usted de oscurantismo (¿o quizás quiere usted explicar su complicidad con Asocum?).

Junto a otros compañeros, era usted, señora Serrano, quien pretendió desde el primer día que la Delegada no pudiese pintar nada, pero se encontró con alguien fuerte, que encaja los golpes pero que tiene claro la responsabilidad que ha contraído con el pueblo de Chiclana: la de luchar por todas las mujeres, no sólo por las de sus ideas políticas.

Se queja usted, señora Serrano, de que no podía pelear. Nada más falso. En vez de ponerse tantos lazos, podía usted haber peleado para que también en fines de semana y fuera del horario laboral las mujeres oprimidas pudieran ser asesoradas y acompañadas y no abandonadas hasta el lunes en manos del turno de oficio, porque eso sí que es injusto.

No se preocupe, el problema que se arrastró durante los años de gestión socialista en los que usted hacía y deshacía a su antojo ya está en vías de solución.

Todavía puede usted pelear por la mujer chiclanera desde ese puesto que ha adquirido "por oposición" en el Instituto Andaluz de la Mujer. (Para eso sí que ha sido usted la única). Ya que usted acusa de arrinconar, no arrincone desde su puesto a este pueblo, aunque no sea el suyo.

Quiera Dios que ese andalucismo progresista del que usted habla no sea el de la incultura, el de la mediocridad y el de los favoritismos que usted promovió, y sepa que además de Guerra (por cierto como su delegado especial en la Zona Franca) soy guerrera y que seguiré luchando por conseguir lo mejor para Chiclana.

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