A diestro y siniestro

alberto / grimaldi

Expectativas

EL único interés del debate en Canal Sur: haber sido el primer duelo dialéctico de los tres novatos candidatos. Sin referencias reales sólo existían expectativas. Materia sensible en política. Más si no hay un vencedor que arrolla. El cartel electoral de IU, Antonio Maíllo, cumplió con las suyas: obtuvo conocimiento y pudo entreverar mensajes en la pugna entre los otros dos oponentes. Él ya ganaba sólo por el encorsetado formato a tres: Susana Díaz se lo regaló al negarse a un cara a cara, tanto el último lunes como el próximo. Juan Manuel Moreno Bonilla superó con creces sus expectativas. Es la ventaja de partir bajo mínimos. En hora y media se sacudió la imagen de pusilánime y mustio que se ha ganado a pulso desde que tomó las riendas del PP andaluz por designación directa de Mariano Rajoy con Javier Arenas de valedor. Ganó mucho más que el debate: logró entrar en campaña y situarse como alternativa real y no como el muchacho que han mandado desde Madrid para que el PP pierda, como siempre. También hasta cuando vence. Susana Díaz, por contra, estuvo por debajo de la expectativa, no sólo la que ella genera entre los demás sino incluso la propia que nace de su seguridad habitual. Incómoda y en algún momento hasta inquieta. Descubrió que por más que lo intente, no son elecciones a Cortes Generales: se evalúan 33 años ininterrumpidos de gobierno socialista de la Junta. Un campo en el que ella sí tiene que perder. El bloque de la corrupción lo demostró: aunque se defendiese atacando con fango de otros lodazales. Queda el segundo debate. Y la expectativa de ver si se pasan o no llegan respecto al de anteayer.

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