Desde Tribuna

José Joaquín / León /

Enredados en la confusión

ESTAMOS en el momento más crítico para el Cádiz desde que arrancó la temporada. Por un lado, tenemos el desbarajuste del club, cuyos únicos responsables son los actuales dirigentes, Sinergy y demás, que no ponen lo que hay que poner. Y, por otro, tenemos al equipo regalando partidos como el de ayer ante el Sevilla Atlético, que era para haberse ido 0-2 al descanso y se terminó perdiendo en un penoso segundo tiempo, sin actitud, sin eso que ahora se llama intensidad, sin acierto y hasta sin suerte. Se sigue viendo que Agné no consigue dar con la tecla fuera de Carranza, donde está la cruz del Cádiz esta temporada.

El filial del Sevilla volvió a mostrar las deficiencias de este Cádiz. En el primer tiempo, los amarillos fueron superiores, pero incapaces de sentenciar, quizá porque Airam Cabrera no tuvo su mejor día en el remate y estrelló un balón en la madera y se le fue otro por poco. Hubo otras ocasiones para un Cádiz cuya principal novedad fue poner de titular a Martins en vez de Nafti. Y además siguió Joste como lateral izquierdo, lo cual se notó para mal en la segunda parte.

Después de no haberse sabido adelantar en la primera mitad, se vio otro de los problemas del Cádiz: en la segunda mitad salieron dormidos y como más apáticos, quizá porque no son capaces de disputar un partido completo con intensidad. Se adelantó el Sevilla Atlético y ni siquiera ahí se vio a un Cádiz con recursos para imponerse. Empató en una jugada aislada, un córner cerrado, lanzado por Luque, que Villar intentó remachar, aunque la autoría se la dio el árbitro al centrocampista.

A partir del empate, se suponía que el Cádiz iría a por el partido, pero no fue así, sino que se conformaron. El siguiente cambio de Agné fue quitar a Kike López y poner a Fall. Quizá para compensar, porque antes, tras el 0-1, había relevado a Perico por Gato. Pero lo cierto es que el Cádiz se dedicó a verlas venir. Y lo que vino fue el 2-1, a falta de ocho minutos, en otra jugada de poca inspiración defensiva. Aunque Gato estrelló un chut en la madera, ya no cambiaría el marcador. El Cádiz perdió ante un Sevilla Atlético que tampoco hizo tanto por ganar, y eso es lo peor.

Cuando los jugadores no cobran, cuando el club está en pleno caos, es más difícil que las cosas salgan bien. En estos momentos se debe decir que si el Cádiz no ha sido liquidado ya como sociedad deportiva es por el aguante que están teniendo los administradores concursales. Porque este no es un problema entre Sinergy y Antonio Muñoz, a cuenta de unas acciones. El problema está en estos dirigentes, que llevan meses dando coba, con promesas que no cumplen, y que recurren a las más variadas excusas para justificar lo que no tiene justificación.

Esta semana veremos más capítulos. Pero si esto no se arregla ya, el futuro del Cádiz va a ser aún más duro y difícil. Es una pena, porque parece que hay jugadores con calidad suficiente para luchar en los puestos de arriba. Lo de ayer ya es algo más que un aviso de lo que nos puede esperar: derrota tonta, ante un rival mediocre. Un paso atrás. El líder, Albacete, está a cinco puntos. Y no hay perspectivas de que esto mejore sin soluciones en los despachos.

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