unión latina

Jaime Rocha / Delegado En Cádiz / De Unión Latina

Embajador Dicenta

HABRÁ sorprendido a quienes no lo conozcan o nunca le hayan oído o leído, pero no a mí. Nuestra amistad, que data de 1989, cuando ambos estábamos destinados en nuestra embajada en Praga, como dije en su presentación en el Casino Gaditano hace unos días, está fraguada en un trabajo duro realizado en equipo y, sobre todo, en una lealtad mutua a prueba de distancias y tiempos.

Sabiendo ambos que podemos no coincidir en ideas o puntos de vista, el respeto mutuo ha sido y sigue siendo un factor determinante en estos ya largos veintidós años. Incansable en el trabajo, su destacado espíritu de servicio y un inmenso amor a España le definen perfectamente.

Por esas y no otras razones estoy ahora yo en Cádiz, representando a la Unión Latina, de la que es Secretario General.

No me resisto a transcribir algunas de sus frases pronunciadas en la brillante exposición del Casino que tituló 'Constitucionalismo hoy', aunque, resulta difícil resaltar alguna idea. Lo procedente sería reproducirlo al completo, pero el espacio no da para más.

Hablando de la experiencia del "taller suizo", en continuo proceso de experimentación y adaptación; la "sociedad abierta" que rechaza todo lo totalitario; y la Constitución "como proceso permanente", apuntala la idea con un principio axiomático: "es importante no olvidar que por encima de los textos constitucionales, están siempre los valores supremos últimos, que una Constitución no puede ignorar ni violar".

Más adelante invita el debate: "En Europa llevamos ya algún tiempo hablando de "europeizar" las normas jurídicas nacionales y los Tribunales constitucionales. Y hablamos también de "constitucionalizar" el Derecho Internacional para hacer posible, por ejemplo, la intervención en terceros países que violan las normas elementales, los derechos humanos universales". Y cita expresamente a la situación en Siria. "La globalización extiende sus tentáculos a todos los ámbitos de nuestra existencia, también al de la normativa internacional". Lo que llama "constitucionalismo internacional contemporáneo".

"Será preciso superponer lo moral a lo económico, transformar la idea general del respeto a los derechos humanos en nuevas formas jurídicas, porque el único principio sobre el que puede construirse una sociedad no es el individuo y sus necesidades, sino el derecho de los seres humanos a ser reconocidos como sujetos portadores de derechos".

"Único camino para lograr una Sociedad más justa, mas autentica y mas solidaria que la actual".

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